Las elecciones en Reino Unido dieron como ganadora y nueva gobernadora a la primera ministra Theresa May, del Partido Conservador, quien ahora tiene el reto de formar gobierno en minoría. Este viernes acudió al palacio de Buckingham para informar a la reina Isabel II de que afrontará el reto. Su plan: unirse con el Partido Unionista Democrático (DUP) de Irlanda del Norte para formar gobienro, pues aunque los conservadores han obtenido hasta el momento más escaños que los otros partidos, no lograron obtener los 326 puestos necesarios para gobernar como mayoría, informó la BBC Mundo.  

Con el 649 de los 650 escaños asignados, los conservadores obtuvieron 318 escaños, los laboristas alcanzaron 261, el nacionalista escocés SNP logró 35, el Partido Liberal Demócrata sacó 12, el Partido Unionista tuvo 10 y el resto de fuerzas se repartieron 12 curules.

May no ha podido revalidar la mayoría obsoluta de su antecesor, David Cameron, en el 2015, por lo que Reino Unido se asoma a la inestabilidad política justo a 10 días de la negociación con el Brexit en Bruselas. Para la primera ministra, el Partido Conservador es el único capaz de guiar al país por las "negociaciones cruciales" del Brexit y defenderlo de la amenaza terrorista, informó El País.

"El país necesita un período de estabilidad y cualquiera que sean los resultados, el Partido Conservador garantizará que podamos cumplir esa tarea de asegurar la estabilidad", enfatizó.

Por su parte, el líder laborista, Jeremy Corbyn, ha pedido la dimisión de la primera ministra porque ha perdido escaños y respaldo. Asimismo ha dicho que el Partido Laborista está "preparado para servir" al Reino Unido y que quiere intentar formas un gobierno en minoría.

"(May) perdió escaños conservadores, perdió votos, perdió respaldo y perdió confianza. Yo diría que es suficiente para marcharse", dijo.

Consecuencias

Ahora, el escenario se torna predeciblemente negativo para el Reino Unido. Las posibilidades son dos: un Gobierno conservador en minoría o una mayoría alternativa liderada por los laboristas.

El temor es latente y ha provocado la caída inicial de la libra esterlina en un 2%, a su nivel más bajo en seis semanas.

Aunque, el debacle del antieuropeo y populista UKIP, que promovió la salida del Reino Unido de la UE, prometía que un buen número de votos volverían a manos conservadoras, la campaña electoral ha puesto de manifiesto las debilidades del liderazgo y el proyecto de May. Apeló a los huérfanos de UJIK con propuestas duras hacia el Brexit y en la inmigración, también hizo lo suyo con los laboralistas descontentos y les ofreció un conservadurismo "para la clase trabajadora". 

May se mostró distante, nerviosa y forzada, repitió eslóganes mecánicamente, no profundizó y por supuesto, no funcionó. El Partido Conservador ha sufrido un fuerte retroceso que pudo ser peor, sin los asientos que obtuvieron los escoceses liderados por Ruth Davidson (algo inédito).

La negociaciones sobre el Brexit, que May como primera ministra debe atender dentro de 10 días, serán la prioridad para el Gobierno, pero no es lo único que debe afrontar. También están el tema de la seguridad nacional que es amenazada por el terrorismo yihadista y las tensiones territoriales por las pretensiones separatista de Escocia.

El líder del UKIP, Paul Nuttall, ha renunciado tras no lograr ningún escaño y sacar menos del 2% de los votos.

"Dimito como líder del UKIP con efecto inmediato. Esto permitirá al partido tener un nuevo líder para el congreso de septiembre", señaló.

DATOS

► Los laboristas lograron su mejor resultado en años como 261 escaños.

► El 18 de marzo, May anunció su intención de adelantar los comicios en busca de una mayoría más amplia que reforzara su posición negociadora en Europa. Finalmente, los resultados no le fueron positivos.

(Foto de portada: finanzas.com)

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