Los servicios de seguridad británica están enfrascados en una verdadera cacería humana buscando, en el peor de los escenarios, la presencia de un experto en explosivos dentro del país con posibilidades de realizar un nuevo atentado terrorista después de lo ocurrido este lunes al finalizar el concierto de la cantante pop Ariana Grande en Manchester.
El jefe de la policía de Manchester, Ian Hopkins, afirmó en una comparecencia ante los medios que las fuerzas de seguridad identificaron a Salman Abedi, un joven de 22 años, como el autor del atentado suicida. La pregunta que atormenta a las fuerzas del orden es si el atentado, que fue asumido por el grupo terrorista autodenominado Estado Islámico(ISIS), tuvo algún tipo de ayuda.
El uso de explosivos en el ataque, que dejó al menos 22 muertos y 59 heridos al final de un concierto en la ciudad de Manchester, es de suma preocupación y relevancia para la Policía ya que la fabricación de lo que describió como un artefacto explosivo improvisado requirió de cierto nivel de planificación.
Según los comentarios del especialista en temas de seguridad doméstica de la BBC, Dominic Casciani, muchos yihadistas rápidamente descartan la posibilidad de un ataque con explosivos porque se dan cuenta de que son bastante difíciles de organizar.
Este tipo de atentado requiere a sujetos con cierto grado de experiencia, preparación y planificación para poder llevar el plan a su fatídico término. "Y, francamente, mucha de la gente que he visto en las cortes no son capaces de algo como esto", declaró Casciani, periodista especialista en incidentes terroristas.
Sin embargo, para las autoridades se presentan tres posibles escenarios para que el autor del crimen consiga la bomba. El primero es que el terrorista haya sido entrenado por el ISIS en su territorio dentro de Siria o Irak, o incluso de un campo de al Qaeda en Pakistán o Afganistán.
La segunda es que haya aprendido por su cuenta lo que dejaría expuesto un punto vulnerable en la seguridad de Reino Unido pues si un individuo está actuando completamente por su cuenta y tomando precauciones excepcionalmente bien planificadas para burlar la vigilancia", explica Casciani.
No obstante, el peor escenario sería el tercero: que alguien le haya facilitado la bomba. Esto presenta en territorio británico de un experto en explosivos "completamente fuera de los radares de los servicios de seguridad. De alguien que ha encontrado formas para llegar a potenciales reclutas sin ponerse en riesgo y que puede volver a atacar", comentó Casciani.
El analista en temas de seguridad de la BBC, Gordon Corera, resaltó que "luego del ataque en Westminster de marzo pasado, la policía y agencias de seguridad habían advertido que nuevos ataques eran prácticamente inevitables". Sin embargo, afirmó que los atentados esperados serían "low tech, con cuchillos o vehículos" en una entrevista para la BBC.
Hasta ahora, el crimen es investigado como un atentado terrorista y de confirmarse la hipótesis, el de Manchester sería el ataque más letal en Reino Unido desde los ataques con bomba de Londres de julio de 2005, que dejaron 52 muertos.
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