El presidente estadounidense Donald Trump continua siendo noticia. Esta vez gracias a su viaje oficial a Israel, donde se convirtió en el primer presidente en ejercicio del país norteamericano en visitar el Muro de los Lamentos y el Santo Sepulcro, ambos considerados lugares sagrados para cristianos y judíos.

La polémica ha surgido, sin embargo, al recordar que dichos lugares se encuentran en territorio que, a consideración de la comunidad internacional, es suelo ocupado en Palestina.

Hasta hoy, los mandatarios estadounidenses y europeos habían evitado este itinerario por el significado político que tiene, al estar en la zona oriental de Jerusalén, ocupada por Israel en la Guerra de los Seis Días de 1967, anexionada en 1980 con la condena de la ONU, y que los palestinos reivindican como capital de su futuro estado.

Poco después de llegar a la región, Trump se dirigió a la ciudadela amurallada de Jerusalén, donde fue primero al Santo Sepulcro, -lugar que según la tradición cristiana ocurrió crucifixión, enterramiento y resurrección de Jesús-, rodeado de representes de las iglesias ortodoxa griega, armenia y católica.

En la iglesia se detuvieron en el Calvario o Gólgota (lugar de la crucifixión) y la Piedra de la Unción, donde se dice fue preparado el cuerpo de Cristo tras ser bajado de la cruz, además de la tumba de y el relicario del Patriarcado Griego Latino.

Luego, la comitiva se desplazó al Muro de los Lamentos, a solo pocos metros del Santo Sepulcro, acompañada del rabino del muro, Shmuel Ravinovich.

En dicho lugar, el mandatario, con la cabeza cubierta por una kipá judío, rezó unos instantes mientras tocaba las grandes piedras, depositando un papel con una petición. tal y como manda la tradición.

El itinerario por la Ciudad Vieja ha sido declarado visita privada y la delegación estadounidense rechazó que representantes israelíes, incluido el primer ministro, Benjamín Netanyahu, acompañaran a Trump. 

El expresidente de EEUU Barack Obama visitó el Muro de las Lamentaciones siendo todavía candidato presidencial y evitó hacerlo durante sus ocho años de mandato, mientras que otros dirigentes, como Bill Clinton, lo hicieron cuando abandonaron la Casa Blanca y George H.W. Bush cuando aún era vicepresidente.

Fuentes palestinas aseguraron que la Administración estadounidense rechazó que desfilase un grupo de boyscouts tras negarse estos a retirar de sus uniformes la bandera palestina.


con información de efe y fox


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