Terremoto político. El presidente del Brasil, Michel Temer, autorizó que se paguen sobornos al extitular de la Cámara de Diputados de aquel país, Eduardo Cunha, para que no revele lo que conoce sobre casos de corrupción que implicarían al actual mandatario.

Según el diario O Globo, Temer sostuvo una conversación con Joesley Batista, propietario de la compañía JBS, que fue grabada por este último. En esta, el mandatario brasileño revela al empresario que había dado la orden de pagar dos millones de reales (unos 637 mil 440 dólares) a Cunha "a cambio de su silencio".

La grabación no ha sido publicada todavía, pero voceros del gobierno de Temer han asegurado que no existe; mientras que la fiscalía general del país no ha negado ni aceptado que la tenga en su poder.

El diario Globo también indica que Batista, que colabora con la justicia brasileña, grabó a Temer durante una conversación que sostuvieron ambos el pasado 7 de marzo, en la residencia del presidente. El empresario asegura que Cunha fue el de la idea del pago por su silencio, y que el mandatario dio su visto bueno.

Apenas conocida la noticia, el diputado Alessandro Molon, exmilitante del Partido de los Trabajadores (PT, que gobernó entre 2003 y 2016) y desde el 2015 miembro del movimiento Rede Sustentabilidade, ha pedido que se inicie un juicio político en la Cámara Baja contra Temer, tal como ocurrió con Dilma Rousseff el año pasado.

LOS ANTECEDENTES DE TEMER Y CUNHA

La historia debe comenzar a contarse con Eduardo Cunha. Siendo presidente de la Cámara de Diputados desde febrero del 2015, en diciembre de ese mismo año acogió un pedido de juicio político contra Rousseff, a quien se acusaba de hacer cambios en el presupuesto de la República, algo que habían hecho los mandatarios que la antecedieron.

El proceso terminó con la destitución definitiva de Rousseff en agosto del 2016, hecho que fue considerado "un golpe blando" por diversos sectores de la política brasileña y latinoamericana. Sin embargo, sobre Cunha pesaba una investigación por corrupción y lavado de dinero en el marco del caso Lava Jato.

En marzo del 2016, el Tribunal Supremo Federal aprobó la acusación en su contra; y en julio, un mes antes del "golpe" contra Rousseff, fue destituido de su cargo y defenestrado de su escaño. En octubre fue puesto bajo prisión preventiva; y en marzo del 2017 fue condenado a 15 años de prisión.

En cuanto a Temer, este asumió la presidencia en agosto del 2016; pero sobre él ya pesaban diversas acusaciones de corrupción, también en el marco de "Lava Jato". Además de ello, goza de una gran impopularidad por medidas de ajuste económico.

Hace poco, Temer propuso que las elecciones presidenciales previstas para octubre del 2018, cuya carrera en las encuestas va liderando el expresidente Luiz Inácio Lula da Silva, sean pospuestas para el 2020. Sin embargo, esta revelación puede ponerle punto final a su pretensión. Y a su carrera política.

Foto de cabecera: Gustavo Lima / Jornal Grande Bahia.

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