Una mujer afroperuana recibe insultos racistas, un grupo de chicos ebrios señalan con insultos la ‘choledad’ de un camarógrafo que reportaba un accidente automovilístico, un exregidor de la capital increpa a una policía que ella no entiende de lo que él está hablando. Este y otros casos más nos recuerdan que la discriminación por causa de raza o clase se mantiene vigente a pesar del paso de los siglos y de la aparente evolución de la sociedad. 

1) Patricia Cruz, la mujer que soltó una serie de frases violentas y racistas contra una madre y su hija en un local del Banco Ripley en Miraflores, dijo que no pediría perdón por lo de ese día. Da su razón: "no soy hipócrita, sí he choleado como has choleado tú y como todo el Perú. A mí no se me va a cortar la cabeza como Juana de Arco", se justifica una mujer que no es sino una pequeña muestra de cómo piensan algunas personas en el país. En esa ocasión, en el banco, ella le dijo a una madre que estaba con su hijo: "Huaycoloro y La Parada a otro lado", y se refirió al niño que acompañaba a la agraviada así: "recoge tu mosca".

2) Este año también, una vez más, el deportista del Sport Huancayo Julio Landauri recibió insultos discriminatorios de algunos de los aficionados que estaban en el estadio Monumental. El árbitro detuvo el partido, perifonearon y comunicaron la prohibición que existen en relación a ese tipo de comentarios. Y advirtieron: si estas frases continuaban darían por terminado el partido. “Hay estadios buenos que por esas cosas los castigan", comentó Landauri tras lo ocurrido. Detrás de Landauri, están Luis Tejada, Alberto Gallardo, Luis 'Cuto' Guadalupe, entre otros, quienes han padecido de esta forma de hostigamiento. Estos son casos que hablan de lo que tiene que enfrentar, hasta el día de hoy, la comunidad afroperuana en el país.

3) “Me llega al pincho tu filtro, me llega al pincho tu cámara, me llega al pincho tu casa, cholo de mierda”, le espetó, allá por el 2012, un joven en San Isidro a un camarógrafo que reportaba un accidente automovilístico. Como lo señaló el psicoanalista Jorge Bruce sobre este mediático caso, llama la atención no solo la pasividad de Serenazgo y de la Policía que permite que la agresión fluya sin ningún control, sino que no se trata de un insulto a una sola persona, sino más bien es al colectivo al que se ataca.

4) “Aléjese de mi carro o lo atropello", amenazaba al policía la profesora de Tai Chi Silvana Buscaglia, allá por el 2015. Después de abofetearlo, ella le pregunta, desafiante: "qué me vas a hacer", “arrímate, ¿quieres que te atropelle?”. Tocaba el claxon y avanzaba con su auto, una vez dentro, a pesar de que un policía estaba delante del mismo. Una serie de acciones evidencian que ella cree que está por encima de la ley y que puede tratar al otro como ella considere. Sobre este caso, el abogado especialista en temas de discriminación, Wilfredo Ardito, comentó que la señora Buscaglia mostró "un desprecio hacia el policía" y evidenció que ella "se sintió interpelada por alguien a quien considera inferior".

5) “No seas pendejo, ¿tú qué vas a tener entrada?”, le dijo el personal de la taquilla del cine UVK al artesano Ricardo Apaza, cuando quiso volver a entrar al cine luego de haber ido al baño. Era finales del 2011. Apaza estaba vestido según las tradiciones de su comunidad (Queros). Ante las denuncias, la Gerente de Marketing creyó que se trataba de un problema de compensar lo que ella creía que faltaba: “Voy a a invitarlo para que venga a ver su película completa”, para intentar 'solucionar' un incidente.

RICARDO APAZA (FOTO TOMADA DE LAREPUBLICA.PE)

  6) Una policía filmó en el 2012 al ex regidor Pablo Secada cuando era conducido a la comisaría de Surquillo, debido a que tenía el brevete vencido. En ese recorrido, el conocido economista le dijo que ella era, por una cuestión de probabilidad -por ser policía-, corrupta. Y cuando la autoridad  le respondió que él la estaba difamando, Secada dijo "¿Ha ido al colegio? ¿La han educado? ¿Ha entendido lo que he dicho?”. Luego: “estudió leyes en un Cenecape, seguro”. 

7) A inicios del 2012, Azucena Asunción Algendones fue agredida con comentarios racistas -aludiendo a su color de piel-. Ella denunció el hostigamiento de parte de los directivos de su centro de trabajo, Sedam Huancayo. A pesar de tener pruebas y evidencia de lo ocurrido, su centro de labores decidió no tomar medidas contra los responsables. Hizo una denuncia penal por el delito contra la humanidad, en la modalidad de discriminación, contra el Gerente General y del Jefe de Recursos Humanos y Relaciones Industriales de Sedam Huancayo. A finales del 2015, luego de pasar un infierno en su trabajo, el Segundo Juzgado Penal Liquidador de la Corte Superior de Justicia de Junín sentenció, en primera instancia, a tres años de prisión preventiva y 5 mil soles de reparación civil a los acusados.

AZUCENA ALGENDONES (FOTO TOMADA DEL CULTURA.GOB.PE)

Estás expresiones de discriminación, y el racismo como una de sus variantes, son el resultado de un proceso más complejo. “El racismo surge precisamente como una respuesta a la democratización, al hecho de que los ciudadanos que cierta élite acostumbraba a ver siempre “desde arriba”, ahora pueden ir a los sitios donde antes no podían, a ciertas tiendas y escuelas”, explica la historiadora Cecilia Méndez sobre los motivos detrás de este tipo de expresiones y acciones. 

Los intentos por reconciliar a un país evidentemente fragmentado, de momento, no son suficientes. Así lo describió la  antropóloga Liuba Kogan, en una entrevista concedida para LaMula.pe: “Nuestra vida cotidiana está marcada por una sensación de no aceptación, de falta de dignidad. Somos –en ese sentido– una sociedad muy dura. Por un lado, tenemos un lenguaje muy amigable (amigo, chocherita) pero por el otro, por lo bajo, hay mucha discriminación”.

La tarea pendiente es ardua, necesaria y urgente. 

Las normas que nos deberían defender

Esto es lo que nos dice la Constitución: “Toda persona tiene derecho a la igualdad ante la ley. Nadie debe ser discriminado por motivo de origen, raza, sexo, idioma, religión, opinión, condición económica o de cualquiera otra índole” (Artículo 2, inciso 2).

Estas son algunas de las leyes peruanas que prohíben la discriminación (tomado de Alerta contra el racismo):

→ Las ofertas de empleo no podrán contener requisitos  discriminatorios (Ley N° 27 270). 

→ La ley te protege de los actos discriminatorios que puedas sufrir  en tu trabajo (DS N° 003-97). 

→ Es nulo el despido que este motivado por razones discriminatorias (DS N° 003-97).

→ Ningún proveedor de servicios o de bienes puede privar el consumo  de las personas por razones discriminatorias (Ley N° 29571).

→ Por ningún motivo un centro educativo (público o privando) podrá  negarse a admitir a algún estudiante por razones discriminatorias (Ley N° 27 270).

→ El servicio de salud se debe brindar sin discriminación (Ley N° 26 842).

→ Será sancionada penalmente la persona que discrimine a una o más  personas y que incite o promueva en forma pública actos discriminatorios con el objeto de negarle el goce o ejercicio de un derecho (artículo 323° del Código Penal)

→ Los funcionarios públicos en el desempeño de sus actividades o funciones en nombre del estado deben adecuar su conducta hacia el  respeto de la constitución y las leyes. Por esta razón, si estos discriminan se aumenta la gravedad del delito o la infracción (Ley N° 27 815).


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