El presidente de Petroperú, Luis García Rossel, informó que la suspensión de las operaciones del Oleoducto Nor Peruano desde febrero de 2016 y las 13 fugas de crudo reportadas hasta la fecha, generaron un impacto de S/713 millones (US$220 millones) para la empresa estatal, en los que se incluyen gastos por remediación ambiental.
El oleoducto, de 850 kilómetros de extensión y con 40 años de antigüedad, sufrió al menos 10 cortes en su estructura durante el 2016, además de otros problemas de corrosión y fallas geológicas. Los constantes derrames, la mayoría provocados por terceros —según la petrolera estatal—, contaminaron los ríos y cuencas de zonas aledañas a comunidades nativas de la Amazonía por donde pasa el ducto hasta llegar a la costa norte del país, en el Océano Pacífico.
luis garcía rossel, titular de petroperú, en conferencia de prensa. (EFE)
En conferencia de prensa con medios extranjeros acreditados en el país, García Rossel explicó que Petroperú tuvo pérdidas por S/157 millones (US$48 millones) ante las menores ventas de crudo y los reclamos de las aseguradoras por S/69 millones (US$21 millones); en tanto, el costo para remediar el daño ambiental fue de S/252 millones (US$$77 millones) y los trabajos de reparación del ducto, que están en un 85%, ascienden hasta la fecha a S/235 millones (US$72 millones).
Petroperú reemplazará las partes deterioradas del ducto.
El titular del Petroperú admitió que es muy difícil vigilar todo el oleoducto por lo agreste de la Amazonía, y sostuvo que la única salida que tienen es "incorporar a las comunidades nativas" en su protección y labores de limpieza.
Beatriz Alva Hart, gerenta corporativa de Gestión Social y Comunicaciones de la mayor empresa estatal del país, dijo que Petroperú se ha comprometido a entregar ayuda alimentaria y agua a las familias afectadas por los derrames de crudo en las comunidades de Morona, Mayuriaga y la cuenca del río Morona, en Loreto.
Agregó que se trabaja en la construcción de pozos de agua y piscigranjas para la generación de ingresos a las familias nativas.
Pero García Rossel incidió en que la suspensión de las operaciones en el oleoducto tiene un impacto muy negativo para la selva peruana, porque no están generando regalías ni canon. La expectativa de Petroperú es que las labores se reanuden en junio próximo.
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