Desde hace 24 años se celebra el Día Mundial de la Libertad de Prensa, proclamada por la Asamblea General de las Naciones Unidas para denunciar los peligros que acechaban a este derecho fundamental logrado con la democracia.  

¿Por qué el 3 de mayo? Esta fecha coincide con el aniversario de la Declaración de Windhoek, un documento en el que los representantes de medios de comunicación africanos, que participaban de un seminario de la Unesco en Namibia, recogieron los principios esenciales de la libertad de prensa.

Esta fecha es muy importante para el periodismo en el mundo entero y es aprovechada para exigir y demostrar el empoderamiento y la lucha que se tiene para asegurar una mejora en el uso de esta libertad, sin vetos ni mordazas. Sin embargo, cada vez queda menos que celebrar y más que exigir.

Según Reporteros Sin Fronteras, una ONG que lucha en contra de los vetos y mordazas en el periodismo, la libertad de prensa nunca se había encontrado tan amenazada como ahora. De acuerdo con una evaluación de la situación y el grado de libertad del que gozan los periodistas de 180 países y se obtuvo una Clasificación Mundial de la Libertad de Prensa 2017, en la que 131 países no cuentan con las condiciones idóneas para ejercer el periodismo libremente.

La ONG evaluó esta situación según el pluralismo, la independencia de los medios de comunicación, el ambiente en el que los periodistas llevan a cabo su trabajo, la seguridad, la censura, el marco legal, la transparencia y la calidad de la infraestructura con que se cuenta para producir la información.

foto: rsf

Estos fueron los países que no pueden festejar y que, en contraste, deben seguir luchando para alcanzar este derecho fundamental.

"La mayor prisión del mundo para los periodistas-ciudadanos", así se le considera a China, pues en los últimos años el presidente Xi Jinping ha reprimido a numerosos periodistas, blogueros, activistas por los derechos humanos. Actualmente, más de 100 periodistas y blogueros están encarcelados en el país.

Siria tampoco podrá celebrar, pues debido a los enfrentamientos entre el régimen de Bashar al-Assad y los grupos de oposición como el Estado Islámico, los periodistas no pueden ejercer su derecho a la libertad de prensa.

"Los intentos de intimidación, detención, secuestro y asesinato son comunes y erigen un cuadro mediático macabro", señala Reporteros Sin Fronteras.

Sin embargo, los periodistas sirios no se han quedado de brazos cruzados y han creado nuevos medios de comunicación para mostrar los distintos rostros de la guerra que afronta ese país.

Otro de los países que están amordazados es Corea del Norte, que como todo régimen totalitario prohíbe y niega el derecho a la prensa libre como una forma de control. La Agencia Central de Prensa Norcoreana (KCNA) es la única que cuenta con la autorización de proporcionar información oficial a los medios de prensa escrita o radiofónica.

Esta situación ha ido "mejorando" en los últimos años, pues desde el 2016 hay mayor flexibilidad frente a la prensa extranjera, así autorizan que reporteros cubran las actividades oficiales, pero cuidando siempre la información a la que puedan tener acceso.

En España seis periodistas fueron sancionados el año pasado con multas por impedir la labor de los agentes de la policía o de haberles tomado fotografías. Esta decisión fue avalada por la Ley de Seguridad Ciudadana que rige en ese país y que ha desatado controversias, pues acusan que con ella el gobierno quiere ejercer un control escandadaloso en la información de la cadena pública Radio y Televisión Española (RTVE).

Esta alarmante realidad se materializa con el caso de Turquía: la Amnistía Internacional ha exigido justo este miércoles la liberación de los más de 120 periodistas encarcelados en ese país tras el fallido golpe de Estado del pasado 15 de julio. Más de 250.000 personas han firmado esta petición.

En Perú, luego de recuperada la democracia, hay libertad de prensa pero durante los dos últimos años se ha sancionado a periodistas como Rafo León y Fernando Valencia por supuesta difamación contra la exeditora del diario El Comercio, Martha Meier, y por "presunta difamación agravada" al expresidente Alan García, respectivamente. 

Es muy difícil celebrar una fecha como esta en medio de tanta represión, ahora más que nunca se debe estar alerta, vigilante y decidido a exigir el derecho de contar las historias que el mundo debe saber, aunque no le guste al poder.

(Foto de portada: Ferrán Martín / RSF)

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