Estados Unidos confirmó que el sistema de Defensa Aérea Terminal de Gran Altura (THAAD, por sus siglas en inglés), el escudo antimisiles que Seúl y Washington acordaron instalar en julio del 2016, ya está operativo en Corea del Sur, pese al rechazo de China y Rusia. 

La decisión de la instalación del polémico sistema de defensa se tomó luego de una serie de pruebas de misiles y nucleares del régimen de Kim Jong-un. THAAD fue desarrollado en Estados Unidos por la empresa Lockheed Martin y cuenta con lanzadores de proyectiles dotados de la capacidad de interceptar misiles balísticos en su etapa final.

Puede atacar misiles a una distancia de hasta 200 kilómetros y a una altitud de entre 40 y 150 kilómetros. Sin embargo, su mayor fortaleza son los radares que pueden operar hasta un máximo de 2.000 kilómetros de distancia.

Este sistema se une a otro que ya funciona en Corea del Sur, el PAC-3, con la capacidad de interceptar misiles a una altura de hasta 25 kilómetros y una distancia de 40 kilómetros.

Como primera reacción, China exigió el cese inmediato del despliegue del THAAD en Corea del Sur, y se declaró “dispuesta a tomar las medidas que sean necesarias para proteger” sus intereses.

"La posición de China es clara y firme. Nos oponemos al despliegue del sistema THAAD y urgimos a las partes a que cesen inmediatamente su despliegue", dijo el vocero del ministerio de Relaciones Exteriores chino, Geng Shuang.

Por su parte, Moscú considera que afecta a su seguridad y que contribuirá a una mayor tensión en la península coreana.

El anuncio ahondó un nuevo frente de conflicto en la convulsionada península coreana y se suma a la escalada protagonizada por Washington y Pyongyang.

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