Uno de los rasgos del gobierno de Pedro Pablo Kuczynski -y quizá no sea exclusivo de este gobierno- es su intento de concretar importantes proyectos de infraestructura, de forma acelerada, alardeando de cierta eficiencia -y ahora con el tema de la reconstrucción también lo vemos así y con mayor urgencia-. Un caso emblemático fue el aeropuerto de Chinchero, un proyecto estancado durante el mandato de Ollanta Humala. 

Con el propósito de acelerar el avance de su construcción, el Estado se comprometió a desembolsar el 80.7% del financiamiento total de la obra a favor de Kuntur Wasi, cuando en un principio solo correspondía el 28.6%. Esto motivó la renuncia a la presidencia de Ositran de Patricia Benavente, quien estuvo en contra de esta adenda.

Salvando las particularidades entre una y otra concesión, lo evidente es que el Ministerio de Transportes y Comunicaciones (MTC) quiere concretar antes del bicentenario la segunda pista de aterrizaje del Aeropuerto Internacional Jorge Chávez (AIJCH). Cuando el MTC adelantó a través de su página web el proyecto de la séptima adenda especificó que uno de sus objetivos era asegurar el proyecto de ampliación del Jorge Chávez.

Bolsillo

Sin embargo, en un comunicado a la opinión pública difundido en el diario El Comercio distintos gremios involucrados en el sector aeronáutico y empresas alertaron sobre los extraordinarios beneficios que el Estado peruano le estaría otorgando, a través de esta adenda, a Lima Airport Partners (LAP) -administrador de la concesión- en detrimento de los usuarios del aeropuerto.

"El proyecto de adenda rompería con el equilibrio económico financiero del Contrato de Concesión actual en beneficio de LAP y en perjuicio de todos los usuarios del AIJCH porque no toma en cuenta los beneficios extraordinarios que LAP ya ha venido gozando sin merecerlo, a lo largo de todos estos años. Ejemplo de ello es que todos los usuarios, hemos venido pagando tarifas superiores a las que correspondía porque éstas se establecieron tomando en consideración que LAP debía construir la segunda pista de aterrizaje y despegue en el periodo 2009-2012 –no lo hizo-, y no nueve años después, en el 2021”, se lee en él.

Y es que en el Apéndice 5 del Anexo 5 de la adenda en cuestión propone un cambio en la metodología para el establecimiento de las tarifas que administra LAP en favor de la ampliación. Sin contar los altos precios por combustibles si se compara con los de la región y la tarifa aeroportuaria que todos pagamos cuando compramos un boleto aéreo y que no estaba prevista en la propuesta técnica que se planteó inicialmente cuando se adjudicó la concesión del aeropuerto.

foto tomada de gestion.pe

Congestión de pasajeros

Es decir, LAP viene recibiendo unos beneficios que no se pueden comprender muy bien si, por ejemplo, no se ha puesto sobre la mesa una fecha definida en la adenda para la ampliación del terminal de pasajeros, mas sí para la ampliación de las pistas de aterrizajes, así lo plantea Carlos Gutiérrez de AETAI.

Y es que esto es lo que se suele ver en los medios de noticias: la marcha blanca del túnel de Gambetta, la ampliación de la segunda pista para los aviones, el ministro Vizacarra informando sobre los avances; sin embargo no sobre el terminal de pasajeros.

En la actualidad, en hora punta el AIJCH padece de una congestión de usuarios en la pequeña área que tienen para hacer colas en los counters de atención. La AETAI es crítica frente a esta priorización de la fecha de la construcción de la segunda pista de aterrizaje frente a una realidad de pasajeros que al parecer no está siendo tomada en consideración en esta adenda.

(Foto de cabecera: Perú21 /Rudenko Gardes )


También puedes leer:

El Jorge Chávez ya llegó a su capacidad máxima y se requieren medidas urgentes