Tras la victoria ajustada del 'sí' en el referéndum de Turquía, que convierte a Recep Tayyip Erdogan en un presidente todopoderoso, la oposición turca ha dejado claro su cuestionamiento a los resultados de este domingo. Asimismo, Alemania y Austria han comenzado ya a presionar a la Unión Europea (UE) para que dé por terminadas las negociaciones de adhesión. 

La votación se cerró con un ajustadísimo triunfo para el sí a la reforma constitucional de 1923 que transformará el país en un sistema presidencialista (obtuvo el 51,4 % de los votos frente al 48,6 % del no).

El presidente Erdogan podrá concentrar en su mano, a partir de 2019 (cuando entraría en vigor la actual reforma) y durante un máximo de diez años, una cantidad de poder como nadie ostentó en Turquía desde el imperio otomano.

“El sistema presidencialista ha nacido muerto, no puede aplicarse a Turquía”, sentenció Yasemin Öney Cankurtaran, vicepresidente de la principal formación opositora, el Partido Republicano del Pueblo (CHP).

Yasemin Öney Cankurtaran dijo también que los US$1.000 millones que -se estima- Erdogan invirtió en campaña sería presupuesto del Gobierno. "Y pese a todos los fraudes que han cometido sólo han conseguido una ventaja del 2%. En estas condiciones y con este margen, tratar de imponer un sistema presidencialista es algo que carece de legitimidad”, añadió la dirigente socialdemócrata.

La principal formación kurda del país, el Partido de la Democracia de los Pueblos (HDP), también ha expresado su intención de contestar los resultados de la consulta. “Impugnaremos el resultado de dos tercios de las urnas; nuestros datos muestran que ha habido una manipulación de un 3% al 4% de los votos”, indicó en un comunicado.

La OSCE (Organización de Seguridad y Coperación en Europa), que ha evitado pronunciarse sobre las denuncias de fraude, ha señalado que los aspectos técnicos del voto fueron administrados de forma correcta, pero ha hecho especial hincapié en la falta de información "imparcial" sobre las reformas propuestas durante la campaña. El referéndum fue observado por un equipo de 63 personas de una misión conjunta de la OSCE y la Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa.

En su informe, los observadores de la OSCE critican además que la consulta se desarrolló en un "marco legal inadecuado" que no respeta los estándares del Consejo de Europa. "El referéndum tuvo lugar en un ambiente político en el que las libertades fundamentales para un proceso democrático genuino fueron restringidas por el estado de emergencia por lo que las dos partes no tuvieron las mismas oportunidades", ha declarado Tana de Zulueta, responsable de la misión de observadores en el país.

En respuesta, el presidente del grupo parlamentario del Partido de la Justicia y el Desarrollo (AKP), Mustafa Elitas, exigió a la oposición “respetar los resultados” y dijo que los debates sobre el presunto fraude son “una falta de respeto” hacia la voluntad popular.

Ingreso a la UE en peligro

Después del controversial triunfo de Erdogan, varios políticos alemanes abogan por acabar con las negociaciones de adhesión de Turquía a la UE, mientras el régimen de Angela Merkel ha pedido a Ankara una reunión urgente para tratar cuanto antes este asunto.

"La membresía ya no puede ser un objetivo", ha dicho Manfred Weber, líder de la Unión Social Cristiana (CSU), aliado bávaro de la Unión Cristiano Demócrata (CDU) de la canciller alemana, Angela Merkel, en declaraciones a la televisión germana ZDF.

En la misma línea se ha manifestado el ministro austriaco de Exteriores, Sebastian Kurz, que ha instado a la UE a que ponga fin a las negociaciones con Turquía al considerar que la reforma constitucional aprobada el domingo en referendo aleja al país euroasiático de los principios comunitarios.

Para Kurz, el resultado de la votación de este domingo es "una clara señal contra la Unión Europea", ha indicado a la radio pública austríaca ORF. Este ministro sostiene que aunque el triunfo del 'sí' a la polémica reforma constitucional ha sido ajustado, esto significa que Turquía continuará alejándose de los principios del Estado de derecho y de la democracia.

Los más críticos desde Bruselas con el Gobierno de Ankara llevan meses advirtiendo de que si el referéndum salía adelante el país no cumpliría con uno de los requisitos imprescindibles que se exigen a los candidatos a la adhesión y que recogen los Criterios de Copenhague: la estabilidad de las instituciones que garanticen la democracia, el Estado de Derecho, los derechos humanos y el respeto y la protección de las minorías.

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