En Brasil, acaba de estallar una nueva bomba política, quizá las más grande desde que la Operación Lava Jato destapó la corrupción sistémica que corroyó casi toda la clase dirigente del país, de derecha a izquierda y viceversa. Ahora, Edson Fachín, magistrado encargado del caso del Supremo Tribunal Federal (STF), ordenó que se investigue a más de 100 políticos incluidos en la llamada delação do fim do mundo, o las confesiones premiadas de 77 de los principales ejecutivos de Odebrecht.

Ninguno de los grandes partidos de Brasil se libra y casi todos los protagonistas de la vida política del país de las últimas dos décadas están salpicados por el mayor escándalo de corrupción de la historia del gigante sudamericano.

Menos de 24 después de que Marcelo Odebrecht, el otrora todopoderoso de una de las mayores constructoras del país y de toda América Latina, confirmara que el código "amigo" en la planilla de sobornos de su constructora era nada menos que el expresidente Lula da Silva, Edson Fachín, el ministro relator del caso Lava Jato en el STF, vuelve a remecer Brasil, al aceptó gran parte de la petición de la fiscalía para que se investigue a los implicados en delaciones de Odebrecht.

Los primeros en la lista, revelada por el diario O Estado de S. Paulo, son ocho ministros del actual gobierno del presidente Michel Temer, comenzando por el principal de ellos, Eliseu Padilha, responsable de la Casa Civil, lo que pone en una situación muy delicada al Ejecutivo que se formó hace apenas nueve meses tras la destitución de la anterior presidenta, Dilma Rousseff.

También serán investigados el titular de Exteriores, Aloysio Nunes, quien lleva solo unas semanas en su cargo, al igual que el encargado de la Secretaría General de la Presidencia de la República, Wellington Moreira Franco. La relación la completan los ministros de Ciencia y Tecnología, Ciudades, Industria, Agricultura e Integración Nacional.

En la mira de la fiscalía además están 29 senadores y 42 diputados federales; tres gobernadores, un ministro del tribunal de cuentas, así como otros 24 políticos de varias agrupaciones que integran el actual Parlamento, incluidos los presidentes de las cámaras de diputados y senadores de Brasil, Rodrigo Maia y Eunicio Oliveira.

El que se salvó, por ahora, es el mandatario Michel Temer, debido a  la "inmunidad temporal" que ostenta por su investidura. Per en sus nueve meses en el poder, el otrora vicepresidente de Rousseff, a quien abandonó para apoyar el impeachment, ya ha perdido a siete ministros, la mayoría por casos vinculados a la corrupción.

El Partido de los Trabajadores (PT), que gobernó Brasil durante 13 años hasta el impeachment, también está en la mira de la fiscalía, que pidió que sean incluidos en la lista los  expresidentes Luiz Ignacio Lula da Silva y Dilma Rousseff. Ninguno de los dos tiene inmunidad, por lo que la decisión de someterlos a indagación no es del Supremo, sino de instancias inferiores. En la misma situación está Fernando Henrique Cardoso, del PSDB, presidente de Brasil entre 1995 y 2003, quien también fue incluido por la fiscalía general como una de las personas a investigar.

Entre los que van a ser investigados por el Supremo sí otro expresidente de Brasil: Fernando Collor de Melo, destituido en 1986 por acusaciones de corrupción de las que luego fue absuelto. Tres décadas después, con un escaño en el Senado, vuelve a estar bajo sospecha.

¿Qué pasa con Temer?

En el caso del mandatario en funciones, las delaciones de Odebrecht también lo implican en la recepción de dinero negro para financiar campañas electorales cuando era vicepresidente con Rousseff. Aunque la Constitución de Brasil impide juzgar a un jefe del Estado por actos cometidos antes del ejercicio de su cargo, el actual presidente se enfrenta otra amenaza inmediata: un magistrado del Tribunal Superior Electoral (TSE) pretende solicitar su destitución tras hallar indicios de que la campaña que protagonizaron él y su entonces aliada Rousseff, en 2014, se pagó, con dinero ilícito. Este caso podría terminar con su destitución. Las vueltas que da la vida.

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