José Antonio Sánchez, presidente de Radio y Televisión Española (RTVE), afirmó que "España no fue colonizadora, sino evangelizadora" y ello generó inmediato revuelo y malestar de miles de latinoamericanos, especialmente de los mexicanos. Recordemos que el funcionario citó a la investigadora Inga Clendinnen al señalar que "lamentar la desaparición del Imperio Azteca es como mostrar pesar por la derrota de los nazis en la Segunda Guerra Mundial". 

Roberta Lajous, embajadora de mexicana en España, hizo un llamado de extrañamiento al Ministerio de Asuntos Exteriores y de Cooperación (MAEC) de ese país. Rápidamente el Ejecutivo ibérico se desmarcó de lo dicho por Sánchez. 

"Son las declaraciones de una persona a título individual que no tienen que ver con la postura del gobierno español ni de esta Secretaría de Estado para Iberoamérica", dijo el secretario de Estado de Cooperación Internacional, Fernando Casas, a Notimex. Añadió que la relación entre España y México "es fruto de dos culturas de encuentro, y un tropiezo inesperado con sus luces y sombras". 

Con estas palabras, el 'malentendido' diplomático parece haberse superado, sin embargo, las expresiones de Sánchez han llamado a la reflexión en el mundo académico. En ese contexto, el suplemento Verne del diario El País convocó a cuatro historiadores para comentar los puntos más álgidos del discurso del presidente de RTVE. 

"La misión de España en América fue principalmente de conquista y apropiación de territorios. La evangelización la hicieron los miembros de las órdenes religiosas, buscando convertir a los indígenas para reducirlos y que no se volvieran contra los ejércitos conquistadores", dijo Enrique Florescano, experto en civilizaciones mesoamericanas. El especialista añadió que la evangelización se vio obstaculizada por la monarquía española porque esta prohibió a los frailes ver a los indígenas como seres humanos. 

Enrique Rodríguez, por su parte, recordó que los aztecas no eran ignorantes. "Se sabe que los indígenas en América, los aztecas y otros tenían muchos conocimientos científicos, sabían de poesía o arte. Decir que España trajo la civilización es demostrar ignorancia", afirmó el investigador de la Universidad de Texas especializado en Mesoamérica y el Imperio Español en América Latina. 

En cuanto a la comparación entre nazis y aztecas, Miguel Pastrana, miembro del Instituto de Investigaciones Históricas de la Universidad Nacional Autónoma de México, la consideró descabellada y anacrónica. "Es como comparar a Felipe II con Stalin: sería una tontería. Hacer comparaciones descontextualizadas, sin sustento académico, es muy inapropiado si lo que buscamos es comprender los procesos históricos y explicarlos", señaló. Una postura que comparte, Rosario Sevilla, profesora de investigación de la Escuela de Estudios Hispano-Americanos en Sevilla. "Son épocas diferentes, conceptos de la vida diferentes, el desarrollo de la sociedad no era el mismo, ni los avances culturales y científicos", apuntó. 

A Florescano, por su lado, le cuesta creer en la afirmación de Inga Clendinnen que citó Sánchez: "Su libro sobre la historia de la Conquista de México es excelente. No pudo haber dicho eso. Es una afirmación totalmente reaccionaria y contraria a toda la verdad histórica". 

"¿En qué cabeza cabe que los españoles de entonces se iban a dedicar al exterminio de seres humanos?  Los españoles que fueron a América eran los españoles que tenían unas Cortes desde hace mucho, que tenían sometido al derecho cualquier poder o arbitrariedad, que vivían en un lugar lleno de catedrales", fue otra de las afirmaciones que hizo Sánchez.  

Para Florescano, el mandamás de RTVE "confunde lo que ocurría en la España ilustrada del Siglo de Oro con lo que hicieron los soldados y comerciantes -muchos de ellos analfabetos- que realizaron la conquista con aspectos sanguinarios terribles". Pastrana agrega con ironía: "Las pinturas de El Bosco estaban reservadas en la cámara del Rey. No estaban destinadas al pueblo sino a un personaje y su grupo inmediato". 

Los historiadores también restaron crédito a la queja de Sánchez sobre aquella leyenda negra de un pueblo atrasado (en referencia a España) que exterminó a los indígenas americanos. "Que los españoles eran civilizadores y evangelizadores simplemente es otra ficción. Me parece irónico que a estas alturas alguien esté tratando de exaltar un imperio", comentó Rodríguez. 

Sevilla, sobre este punto, considera que hablar de las atrocidades que cometió España no debe considerarse un ataque al país. "Yo no creo que en general pueda hablarse de un exterminio deliberado, salvo en lugares concretos, pero tampoco pueden obviarse las barbaridades que se cometieron", explicó. 

Le conceden la razón 

Los cuatro historiadores solo se mostraron conformes con la siguiente afirmación de Sánchez: 

"Mi falta de conocimiento sobre el asunto, el exceso de trabajo que tengo y el poco tiempo que he tenido hace que la calidad de las palabras que voy a pronunciar deje mucho que desear, por lo que pido perdón por las mismas". 

[Imagen de portada: La matanza de Cholula de Félix Parra ]

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