Cajamarca es un pueblo de 20.000 habitantes, ubicado en el central departamento del Tolima, en Colombia. Esta localidad acaba de hacer historia porque por primera vez en el país, los ciudadanos rechazaron un ambicioso proyecto de extracción de oro en una consulta popular, una decisión que podría ser determinante para toda esta nación.
Fueron 6.241 personas que viven en este municipio los que votaron para decidir si aceptaban o no un proyecto minero a cielo abierto llamado La Colosa. Apenas 76 personas dijeron "Sí" y 6.165 marcaron "No", es decir, un contundente 97,92% de votantes rechazó el emprendimiento aurífero –uno de los mayores de Colombia– a cargo de la empresa sudafricana AngloGold Ashanti (AGA).
Así, los habitantes de Cajamarca, que es considerada la despensa agrícola y el tesoro hídrico de Colombia, determinaron cuál será su rumbo ambiental, pero el desenlace final de la consulta abre un debate nacional sobre otros proyectos de exploración minera que buscan licencia social para ejecutarse. Todo el pueblo estalló en celebraciones al conocer los resultados de la votación del domingo.
“¿Está usted de acuerdo Sí o No que en el municipio de Cajamarca se ejecuten proyectos y actividades mineras?”, fue la pregunta del referendo. Los defensores del medio ambiente requerían que al menos 5.438 votaran por el "No" para lograr que el permiso que el Estado había otorgado a la minera quedara sin efectos. Y así fue. Los reportes de la Registraduría Nacional confirmaron una holgada victoria. Fue otro triunfo de David contra Goliat.
Efecto vinculante
En 2013, otro municipio del Tolima, Piedras, que colinda con Cajamarca, también le dijo que "No" a un proyecto minero de AGA, pero entre ese resultado y el de que se dio ahora hay una gran diferencia: en el primer caso, los ciudadanos de municipios no podían prohibir la minería en sus territorios porque la legislación vigente en ese momento decía que la regulación de los recursos naturales era competencia del gobierno central. Pero eso cambió con una norma aprobada en 2015, que fijó que las consultas populares son vinculantes y sus resultados deben cumplirse.
AGA reconoció la derrota en un comunicado, en el que dice que es respetuosa de los mecanismos de participación ciudadana y de sus resultados. Agregó que ahora analizará las consecuencias del voto popular del domingo, que pone fin al proyecto de la que podría haber sido la mina más grande de oro de Sudamérica, cuya meta era extraer 28 millones de onzas de oro.
"Lamentamos que por cuenta de un debate mal planteado sobre la minería en Colombia, se ponga en riesgo que el país y la región reciban los beneficios de la minería bien hecha y responsable".
La larga batalla social y legal de los ambientalistas se inició hace 8 años, cuando se conocieron las intenciones por La Colosa de AngloGold, que asegura que desde el inicio de las labores de exploración, hace dos años, siempre ha implementado los estándares más exigentes de la industria. "Podemos decir que el impacto generado hasta hoy es de baja intensidad, puntual, mitigable y compensable", dijo la minera hace unos días.
Pero los defensores del medio ambiente dicen que los explosivos usados para la minería a cielo abierto contaminan el aire con metales pesados que están en el subsuelo. "El drenaje ácido de las minas a cielo abierto libera cadmio y arsénico, tóxico para el ambiente y la gente", explicó Carlos Lozano, de la AIDA (Asociación Interamericana para la Defensa del Ambiente), quien consideró que la decisión del domingo será un precedente para otras regiones que están en medio de conflictos ambientales.
"Es una voz que debe ser acatada por el Estado. Es un ejemplo para otros países", agrega el activista, al resaltar que, por primera vez en Colombia, una consulta de iniciativa ciudadana traza el camino para que los mecanismos de participación que el Estado garantiza en el papel, puedan hacerse realidad.
¿Qué viene ahora?
El final de esta historia de lucha y reivindicación todavía por verse. La desconfianza de que no se respete la voluntad del pueblo es latente. "Se trata de un paso muy importante, pero no el final. Ahora debemos velar para que se cumpla lo que se decidió en las urnas", dijo Jimmy Torres, del comité ambiental del Tolima, quien resalta la necesidad de blindar la consulta.
"Unirnos para proteger el agua y la tierra debe ser una meta. El agua no tiene color político, es la fuerza que nos une", agregó el activista desde Cajamarca, a donde llegaron organizaciones internacionales para acompañar el proceso de consulta.
Por su lado, el ministro colombiano de Minas, Germán Arce, en diálogo con la emisora RCN La Radio, refirió que en si un procedimiento administrativo otorgar la licencia ambiental al proyecto, la tensión entre las competencias local y nacional deba ser resulta por las cortes o el Congreso.