La tecnología puesta al servicio del espionaje político. En el Reino Unido una unidad de Scotland Yard (Policía Metropolitana de Londres) ha sido acusada de haber contratado hackers indios para espiar a activistas y a periodistas para obtener las contraseñas de sus correos electrónicos durante varios años. Entre los afectados se encuentran cuatro que pertenecen a la organización Greenpeace y dos reporteros de The Guardian.

El escándalo inició cuando Jenny Jones, representante del Partido Verde y miembro de la Cámara de los Lores, recibió una carta de un delator anónimo de la Policía. La legisladora decidió enviar la misiva a la denominada Independent Police Complaints Commission (IPCC). 

El pasado 22 de marzo, The Guardian publicó una columna de opinión en la que Jones ahonda en el contenido de la carta. 

jenny jones, parlamentaria del partido verde/ PA Wire

"La lista de acusaciones es larga. Incluye hackeo ilegal de correos electrónicos utilizando una operación con base en la India para hacer el trabajo sucio, la trituración de documentos y el uso del sexo como herramienta de infiltración. Y estas revelaciones nos importan a todos. Ninguno de nosotros sabe si la Policía estuvo organizada para hackear nuestros correos electrónicos, pero todos conocemos el amplio rango de información personal que nuestro correos contienen. Puede ser nuestra condición médica, discusiones familiares, relaciones amorosas y amplia gama de faltas con las drogas o el alcohol", escribió. 

El tema es delicado y pone, nuevamente, sobre el panorama mundial el delicado asunto del uso de la fuerzas del orden para intereses políticos particulares. De acuerdo a la fuente anónima, "durante varios años la unidad ha tenido acceso ilegal a los correos electrónicos de activistas". La fuente añade que esta tarea se logró gracias al contacto que tuvieron oficiales con sus pares de la India que a su vez utilizaron hackers para obtener contraseñas de correos electrónicos. 

La acusación cobró más fuerza luego de que la firma de abogados Bindmans -que representa a Jones- contactó a seis de las diez personas cuyas contraseñas fueron listadas en la carta anónima. Cinco de ellos dieron las mismas claves que la misiva proporcionó y los seis proporcionaron contraseñas que se parecían mucho a las escritas en la carta. 

activistas de greenpeace en londres/foto: john cobb

Colin Newman, activista de GreenPeace por más de dos décadas, reconoció una clave que utilizaba (entre los últimos años de la década de los noventa y el año pasado) para un correo electrónico personal. En declaraciones que recogió el citado medio periodístico, dijo sentirse molesto y violentado. "No existe justificación para espiar en cuentas privadas a menos que tenga alguna razón justificada y la autoridad para hacerlo", afirmó.

Jones, por su parte, ha pedido que este tema no sea visto como un asunto "de dos manzanas podridas" y ha hecho un llamado a la sociedad para que alce su voz para cambiar "esta podrida cultura de la impunidad". 

"Esta acusación criminal es el resultado de un política gubernamental de utilizar la Policía y los servicios de seguridad para suprimir el disentimiento y la protesta para proteger las ganancias de las companías y el status quo. Este enfoque, inevitablemente, conduce a los oficiales policíacos a traspasar los límites ya que se sienten envalentonados por los altos niveles de gobierno y por una inmunidad de enjuiciamiento proporcionada por oficiales de alto rango que desean complacer a funcionarios que deciden su presupuesto", sostiene en el texto que escribió para el periódico británico. 

[Foto de portada: tomada de standard.co.uk]

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