Este 22 de marzo es el Día Mundial del Agua, fecha en que es pertinente resaltar los datos de las Naciones Unidas que reflejan que la humanidad enfrenta uno de los mayores retos: cerca de 700 millones de personas en el mundo no tienen acceso a agua potable y 1.800 millones vivirán en condiciones de escasez grave de este recurso para 2025. 

¿Cómo solucionar esta crisis? ¿Por dónde ir? ¿Acaso la respuesta está en los océanos, que contienen el 97% del agua del planeta? Hay más dudas que certezas, pero hay quienes creen que la desalinización de los mares puede ayudar a resolver gran parte de la crisis mundial por el agua.

La Asociación Internacional de Desalinización (IDA) señala que hay cerca de 18.000 plantas desaladoras o desalinizadoras en el mundo. Sin embargo, estas satisfacen solo entre el 1 y 3% de la necesidad de agua potable a nivel mundial, según confirmó a BBC Mundo Miguel Ángel Sanz, director de desarrollo estratégico de la compañía francesa Suez Treatment Infrastructure, quien es además uno de los directores de IDA.

Esto se debe a que se requiere grandes cantidades de energía y, por ello, no es de extrañar que las 10 plantas con mayor capacidad en el mundo están en Arabia Saudita y Emiratos Árabes Unidos, países ricos en recursos energéticos.

Costos

Los costos energéticos (y por tanto económicos) de desalar agua de mar se han reducido de un modo significativo en los últimos 30 años, lo que ha provocado su expansión en todas las zonas costeras del mundo con problemas de suministro, de acuerdo al profesor José Luis Sánchez Lizaso, del departamento de Ciencias del Mar y Biología Aplicada de la Universidad de Alicante.

"La producción de agua salada está por debajo de un dólar el metro cúbico, 0,1 céntimo de dólar el litro. La desalación cuesta entre dos y tres veces más que un agua de buena calidad natural. Es un poco más cara pero no es excesivamente cara", apuntó.

América Latina

Miguel Sanz está seguro de que la desalinización jugará un papel cada vez más importante globalmente y en la región.

"Yo creo que en América Latina, la desalación va a ser su motor de desarrollo humano. No entiendo como Latinoamérica no va a aprovechar la desalación como una oportunidad para su desarrollo", subrayó el director de IDA, más aún –dijo– en un contexto en que la costa del Atlántico y el Pacífico están padeciendo los efectos del cambio climático y la disminución del líquido elemento debido a la presencia del fenómeno de El Niño y La Niña.

"En el norte de Chile, una zona bastante desértica, no podría funcionar la minería de cobre, que es una de las principales fuentes de recursos del país, si no tienen agua. ¿De dónde va a salir?, del mar", explica Sanz.

En cuanto al Perú, el experto señala que presenta una situación parecida a la de Chile y agrega "Colombia también empieza a tener problemas en algunos problemas de la industria".

Lima, Perú: zona del distrito de Independencia, donde no existe el servicio de agua y alcantarillado mediante conexiones directas. Foto: Andina

Procesos de desalinización

Existen dos métodos de desalinización, según explicó a la BBC Mundo Sánchez Lizaso:

I) Evaporación térmica

La mayor planta desalinizadora del mundo que tiene una capacidad superior a un millón de metros cúbicos por día, Ras Al-Khair, en Arabia Saudita, usa este mecanismo.

"Por una parte están los métodos que usan calor que, con diferentes variantes, evaporan el agua y la vuelven a condensar, lo que básicamente consiste en imitar el ciclo natural de evaporación y lluvia", refierió.

El principio de calentar agua de mar para producir vapor que luego se condensa fue mencionado ya por Aritóteles hace unos 2.400 años, cuando describió cómo navegantes usaban este método de destilación, pero su industrialización se presentó a partir del siglo XX.

II) Ósmosis inversa

Este proceso demuestra su capacidad selectiva reteniendo sobre el 99,5% de las sales disueltas, lo que produce agua apta para consumo humano, procesos industriales y también para riego agrícola.

Por ello, el 70% de las desaladoras del mundo, incluyendo las de Chile, usan este mecanismo, descubierto en la década del 60 y perfeccionado desde entonces.

"La ósmosis inversa consiste en usar una membrana semipermeable, lo que quiere decir que deja pasar el agua pero no las sales", subrayó Sánchez Lizaso. Para ello, necesitan energía normalmente suministrada en forma de energía eléctrica que luego se transforma en energía mecánica. "Actualmente es el método más eficiente para desalar agua de mar desde el punto de vista energético", anotó.

Consecuencia ambiental

A parte del recurso energético, el desafío de la desalinización es reducir su impacto ambiental. Después de realizado el proceso, lo que queda como producto es una salmuera, que se vierte nuevamente al mar. Para Sánchez, ese vertido se maneja actualmente de forma que su impacto en la vida marina es reducido.

"La salmuera es agua de mar concentrada que cuando se diluye vuelve a ser agua de mar. Esto se consigue, por ejemplo, diluyendo el vertido con agua de mar y aumentando la velocidad de la mezcla de salmuera con el mar antes de que alcance a ecosistemas sensibles", explicó.

No obstante, organizaciones no gubernamentales como Food and Water Watch en Washington DC tienen una mirada crítica del proceso de desalinización. Wenonah Hauer, representante de esta ONG, le dijo a la BBC que "cuando el agua se extrae del océano arrastra peces y otros organismos hacia esas máquinas".

Sobre este cuestionamiento, Sanz sostuvo que "cualquier toma tiene la precaución de tener tamices para evitar que se arrastren los peces vivos y si se arrastran poderlos devolver".

Imagen de cabecera: Andina

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