El gobierno de Donald Trump aplicará desde este martes un decreto que obligará a registrar aparatos electrónicos de mayor tamaño que un teléfono móvil en vuelos procedentes de ocho países de mayoría musulmana de Oriente Medio y norte de África. Esta medida afecta el funcionamiento operativo de nueve compañías que, en un lapso de cuatro días, hasta el próximo jueves, deben adecuar sus normas de seguridad para cumplir con la nueva directive de EEUU.
Los dispositivos deberán ser trasladados en la bodega del avión dentro de la valija chequeada por el pasajero. Hasta ahora, las autoridades estadounidenses pedían únicamente apagar los aparatos electrónicos antes de embarcarse en un avión por temor a un posible atentado, pero nunca se había prohibido que lleven consigo –como parte de su equipaje de mano– tabletas, videojuegos o computadoras.
La medida alcanza a los pasajeros que provengan de aeropuertos de Jordania, Egipto y Arabia Saudita, además de Turquía, Kuwait, Marruecos, Qatar y los Emiratos Árabes Unidos.
La decisión fue tomada debido a la presunta amenaza terrorista que basa parte de sus ataques en el uso de aparatos electrónicos de consumo masivo como teléfonos móviles, tabletas, y computadoras, entre otros, según la versión oficial que maneja la Casa Blanca.
Sin embargo, de acuerdo con funcionarios del Departamento de Seguridad Nacional (DHS) que ofrecieron detalles de la nueva orden bajo anonimato, la prohibición no se basa en ninguna amenaza concreta ni riesgo de un ataque inminente contra EEUU.
Según esos funcionarios, el Gobierno del presidente Trump ha determinado que es necesario mejorar los procedimientos de seguridad para los pasajeros de ciertos vuelos sin escalas.
La prohibición afectará a unos 50 vuelos diarios hacia EEUU. Las aerolíneas involucradas son Royal Jordanian, Saudi Arabian Airlines, Emirates, Qatar Airways, Kuwait Airways, Turkish Airlines, Egypt Air, Royal Aire Maroc y Etihad.
Esta restricción llega después de la segunda orden ejecutiva de Trump para vetar la entrada a EEUU durante 90 días de viajeros de seis países de mayoría musulmana y suspender por 120 días el programa de acogida de refugiados por temor a la llegada de terroristas. De esta manera, el presidente de EEUU sigue con las intenciones de reforzar la seguridad de sus fronteras por medio de decretos presidenciales.
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