El pasado 13 de marzo, la prensa extranjera informó de un ataque de 'hackers' turcos contra páginas web con base en Holanda y diferentes cuentas de Twitter en defensa del gobierno del presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, quien se encuentra en una campaña política en torno al plebiscito que se celebrará el 16 de abril en el país anclado entre Europa y Asia y que podría otorgarle más poderes.
El 'hackeo' fue un complicado preámbulo para las elecciones holandesas que se enfrentaron al liberal Mark Rutte (primer ministro que buscaba la reelección) y el ultraderechista Geert Wilders. Este último no dudó en aprovechar a su favor el ciberataque.
"Si yo fuera primer ministro declararía a todo el gabinete turco personas 'non gratas' durante los próximos meses y les prohibiría entrar a Holanda, al menos hasta que celebren su referéndum", llegó a decir en plena atmósfera electoral.
Sus palabras, sin embargo, no le valieron más votos y Rutte ganó los comicios. No obstante, el impasse entre Turquía y Holanda está lejos de acabarse.
Plebiscito y enfrentamientos
Como recuerda un informe de Semana, miles de turcos viven en diferentes países de Europa. En Alemania, por ejemplo, hay unos 4 millones. En tanto, en Holanda hay cerca de medio millón. Muchos de estos turcos esparcidos por el Viejo Continente cuenta con doble nacionalidad.
Erdogan quiere tomar ventaja de eso para ganar un plebiscito que se celebrará el 16 de abril y que consultará a los turcos si se debe cambiar el sistema parlamentario (que rige desde 1923) por uno presidencialista que le permitiría al mandatario gobernar hasta el 2029.
La campaña del Ejecutivo turco pretendió incluir la visita de dos miembros del Gabinete a países europeos. Y ahí comenzaron los problemas. El pasado 11 de marzo, el gobierno de Rutte no permitió que Mevlut Cavusoglu, canciller de Turquía, aterrizara en Holanda para participar en un mitin. Al día siguiente, las autoridades del país europeo expulsaron a Fatma Kaya, ministra de Familia, que se preparaba para hacer campaña en diferentes ciudades de Alemania. La decisión desencadenó una protesta frente al consulado de Turquía en Rotterdam.
En este contexto se produce el ciberataque que afectó las cuentas de Twitter de medios de comunicación como la BBC, Reuters, Die Welt, Forbes y de organizaciones como el Parlamento Europeo y Amnistía Internacional.
"Siempre hablas sobre democracia, derechos humanos y libertad, pero tu miedo a la 'Gran Turquía' ha mostrado tu mentalidad colonialista, racista, fascista y cruzada, que es tu verdadera cara", escribieron los 'hackers' en el perfil de una institución cristiana Nieuwe Dijkhuis
Asimismo, #Naziholanda, fue el hashtag utilizado en varios de los mensajes. Para Semana, el ciberataque es una nueva forma de ataque político utilizado en muchas campañas políticas. La revista colombiana, sin embargo, apunta que la atmósfera beligerante entre Turquía y Holanda continuará durante las siguiente semanas.
"Erdogan se está jugando el todo por el todo en ese referendo, lo que en la práctica significa que tanto dentro como fuera de sus fronteras la consigna informal de su gobierno es recurrir a cualquier método para conservar el poder. Pues aunque sus seguidores afirman que el referendo es un paso necesario para estabilizar el país, sus detractores han denunciado que se trata de una movida para acabar con la oposición y darle un poder absoluto sobre Turquía", explica la publicación.
¿Perpetrarse en el poder?
Como se recuerda, en julio 2016, una facción del Ejército turco quiso derrocar a Erdogan. La acción no se concretó con éxito y el mandatario utilizó esta circunstancia para hacer cambios que dejaron entrever un talante autoritario. Así, más de 2000 jueces fueron destituidos del Poder Judicial y suspendió la Convención Europea de Derechos Humanos. También cerró más de 130 medios de comunicación.
El factor Alemania
El pasado 20 de marzo, Angela Merkel respondió con firmeza a las declaraciones de Erdogan, quien acuso a la canciller alemana de actuar "como los nazis".
Tras ello, la cabeza del Ejecutivo alemán señaló que el gobierno "se reserva el derecho de volver a examinar" las autorizaciones para que ministros de Turquía puedan participar en mitines llevados a cabo en ciudades alemanas.
[Foto de portada: Reuters]
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