El director del FBI, James Comey, y Michael Rogers, director de la Agencia Nacional de Seguridad (NSA), afirmaron que no cuentan con información que sustente la acusación de que existió una orden del ex presidente Barack Obama para grabar las comunicaciones de la Torre Trump, el búnker de campaña del actual presidente, Donald Trump, quien acusó –sin pruebas– a su predecesor de ‘chuponearlo’. 

Comey y Rogers comparecieron este lunes ante el Comité de Inteligencia de la Cámara de Representantes para explicar sus avances en la investigación de la injerencia de Rusia en las elecciones del 2016.

“No tenemos información” que demuestre que Trump fue espiado por el Gobierno bajo las órdenes de Obama, puntualizó Comey. De esta manera descarta que se tenga pruebas de la existencia de las supuestas grabaciones que denunció el presidente republicano, quien tampoco ha aportado ninguna prueba al respecto.

Ningún individuo en Estados Unidos puede ordenar la vigilancia electrónica de nadie, tiene que pasar por un proceso de solicitud”, explicó el director del FBI.

De esta manera, señaló que el Departamento de Justicia tampoco tiene constancia de ninguna prueba que pueda respaldar las acusaciones de Trump.

Por su lado, el director de la NSA fue más allá y ha negado que el Gobierno de Obama solicitara a la inteligencia británica realizar cualquier tipo de escucha sobre Trump durante la campaña. “Nunca he visto que desde la NSA nos hayamos involucrado en una actividad así”, dijo Rogers.

La polémica acusación que fue hecha por Trump en su cuenta de Twitter ha dividido las opiniones entre los republicanos, pues no se han presentado pruebas hasta el momento. El portavoz de la Casa Blanco, Sean Spicer, señaló incluso el pasado 14 de marzo que las graves sindicaciones del presidente no era para ser tomadas de forma “literal”.

"El presidente usó la palabra wiretaps (escuchas telefónicas) entre comillas para significar, de forma más amplia, vigilancia y otras actividades", sostuvo Spicer.

Pese a que Obama negó rotundamente las acusaciones a través de un portavoz, Trump sigue firme y el pasado viernes, durante una conferencia de prensa en la Casa Blanca junto a la canciller de Alemania, Angela Merkel, dijo que ambos tenían “algo en común”: haber sido espiados por orden del expresidente.

Investigan injerencia del Kremlin

En un proceso poco habitual, Comey fue autorizado por el Departamento de Justicia para confirmar que la existencia de investigaciones en curso de los vínculos de Rusia con la campaña de Trump, debido a que es de "interés público". Sin embargo, añade: “No puedo decir más sobre lo que hacemos, ni de la gente que investigamos”.

Comey detalló que la indagación es parte de la misión de contraespionaje del FBI e incluye la naturaleza de los vínculos entre los personajes asociados con la campaña de Trump y el gobierno ruso, y si hay alguna coordinación entre los esfuerzos de Rusia y la campaña republicana. La investigación también examinará si se cometieron crímenes.

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