Este 1 de marzo, según el calendario de la paz en Colombia, las FARC empiezan a dejar sus armas, conforme al acuerdo suscrito con el Gobierno, en un jornada que el presidente del país, Juan Manuel Santos, ha calificado de histórica pero que no ha estado exenta de tensiones, debido a las complicaciones y retrasos que ha tenido el proceso en la adecuación de las 26 zonas de transición a la vida civil de los guerrilleros.

Sea como fuera, la dejación de las armas se inició este miércoles. Sobre el terreno, será la misión de la ONU desplegada en el país la encargada de la primera fase de este proceso: inventariar los fusiles de asalto. Luego todo el material de guerra se depositrá en contenedores que se instalarán en las zonas veredales, en donde los miembros de la guerrilla viven desde hace varias semanas.

Las FARC habían pedido que el calendario del desarme se retrase, pero el Gobierno rechazó la solicitud y subrayó que las fechas de este procedimiento no estaban en discusión, mientras que la ONU confirmó que todo seguía conforme al plan inicial. Es decir, que en en una primera fase se recolectará el 30%; a partir del 1 de mayo, otro 30%, y el 40% restante antes del 1 de junio, que es cuando se cumple el plazo oficial.

Así, los primeros que entregarán sus armas son los 322 guerrilleros que forman parte del Mecanismo de Monitoreo y Verificación compuesto por la ONU, las FARC y el Ejecutivo de Colombia. Este grupo de insurgentes es el que vigila las áreas de normalización para se cumplen los acuerdos que se pactaron durante cuatro años de negociaciones en La Habana. Luego se unirán al proceso el resto de sus 6.900 compañeros.

Las FARC han usado 100 lanchas para llegar a las zonas veredales donde entregarán las armas.

Pero lo cierto es que parece muy complicado que este calendario se cumpla, por los retrasos que han acompañado el inicio de la implementación de la paz en el país. "Reajustaremos el plan de destrucción de armas inestables o explosivos", dijo Iván Márquez, comandante de las FARC y miembro del Secretariado, en alusión a este procedimiento para el cual un grupo de guerrilleros y observadores de la ONU, tendrán que salir de las zonas veredales para destruir material pesado.

Por lo pronto se sabe que las FARC ha entregado la información de sus caletas, los almacenes en medio de la selva colombiana en donde escondieron durante años este tipo de armamento compuesto de municiones, minas o granadas, entre otros.

La ONU ha reconocido que esta actitud es un avance, parcial pero sustantivo en el proceso de dejación de armas. "Es un buen punto de partida hacia la superación de los atrasos en la implementación", señalaron en el organismo.

En una carta interna, que se filtro a la prensa, el jefe de la misión internacional, el francés Jean Arnault, expresó su preocupación por el incumplimiento de los plazos del proceso de paz.

Lee también:

Alirio Uribe: “En Colombia había mucha gente con más miedo a la paz que a la guerra”