“¡Mamá, mira! ¡Sí, puedo!”, exclama Daleshka (9) cada vez que logra algo sola, esta vez lo dijo después de aprender a bañarse sin ayuda. Ella nació con el síndrome de down y desde los 3 años asistió al nivel inicial como los demás niños, junto a su mamá, Irma Mendoza Díaz (46). “Cuando nació pensé que dios me había castigado. Busqué culpables hasta que el doctor me explicó que era un tema genético”, cuenta Mendoza a LaMula.pe. Ella es ama de casa a tiempo completo y vive pendiente del bienestar de su pequeña. 

foto: daleshka y sus papás

Los actos discriminatorios y el bullying que sufren quienes nacen con este trastorno genético es constante, por lo que la Sociedad Peruana de Síndrome de Down viene difundiendo diversas campañas de inclusión social con el fin de que se respete el derecho a la educación. 

“Es bueno que los niños regulares se relacionen en el aula con ellos porque así desarrollan la sensibilidad, el compañerismo, estrategias de organización, el apoyo a un compañero con discapacidad y muchas habilidades más”, sostiene Carla Cabia, Coordinadora de programas de Inclusión en colegios privados.


foto: daleshka

El Ministerio de Educación (Minedu) estima que son 16.815 alumnos con habilidades diferentes los que estudian en los 440 centros públicos de educación básica especial que hay en el país y solo 2.754 estudian en 60 colegios privados.  

La Resolución Ministerial N° 627 - 2016 - MINEDU especifica que en todos los colegios públicos o privados se debe tener en cuenta "al menos dos vacantes por aula para la inclusión de estudiantes con necesidades educativas especiales". Sin embargo, existen niños que son discriminados por maestros que pierden la paciencia o que no están debidamente preparados para la inclusión.


Esto se refleja en la lucha de Irma Mendoza por la educación inclusiva para su hija. Ella pudo acompañar a Daleshka durante sus clases escolares hasta el segundo grado de primaria. Pero durante el tercer grado se presentaron una serie de inconvenientes. Ahora Daleshka está próxima a empezar un nuevo año escolar en el cuarto grado de primaria, en la Institución Educativa Nº113 Daniel Alomía Robles, ubicada en el distrito de San Juan de Lurigancho. 

"El año pasado decidí no enviar a mi hija al colegio porque como son más de 40 alumnos por aula, la profesora no le prestaba atención a Daleshka. Terminé en la Defensoría del Pueblo porque no le revisaban los cuadernos y me sentí decepcionada porque no la trataban igual a mi hija. Después de la denuncia, la profesora empezó la atendió igual que a los demás", comenta Mendoza. 

daleshka es la menor de tres
hermanas

Este año la situación es distinta. Daleshka podrá matricularse en el grado que le corresponde como todos los escolares. Para Carla Cabia, asesora desde hace más de diez años de colegios regulares en inclusión, es muy importante que los niños con síndrome de down se desarrollen entre alumnos de su edad para ser independientes. Ellos tienen la capacidad para serlo

"Los objetivos de la inclusión de los alumnos con incapacidad es desarrollar la autodeterminación. Que ellos puedan ser autónomos y valerse por sí mismos. Ahora ellos son alumnos que se preparan para la vida", refiere la especialista.

La ausencia de Estado se refleja al visitar los colegios a nivel nacional. En las regiones al interior del país, son pocas o casi nulas las asociaciones que luchan por la igualdad y la inclusión, indica Cabia. 

"En provincia, como todos los temas, sé que hay organizaciones de padres de familia que están organizando capacitar a los maestros. Hay que apoyarlos porque no cuentan con el apoyo del Estado", resalta la educadora especial. 

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