El movimiento internacional “International Women's Strike” (Paro Internacional de Mujeres), está promoviendo una iniciativa que busca que el 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer, las mujeres de al menos 30 países se unan y hagan un paro contra los feminicidios, la desigualdad salarial y la discriminación. En el Perú, será entre el mediodía y la 1 de la tarde.  

Esta idea del acto simbólico comenzó en Polonia, donde la gran ola de feminicidios ha llamado la atención del mundo. Otros grupos feministas de países como Australia, Bolivia, Brasil, Chile, Costa Rica, República Checa, Ecuador, Inglaterra, Francia, Alemania, Guatemala, Honduras, Islandia, Irlanda del Norte, República de Irlanda, Israel, Italia, México, Nicaragua, Perú, Polonia, Rusia, Salvador, Escocia, Corea del Sur, Suecia, Togo, Turquía, Urugua y EEUU, han afirmado que se sumarán a esta causa.

El Perú no es ajeno a estas estadísticas de vulnerabilidad de género. LaMula.pe se contactó con la vocera del Paro Internacional de Mujeres, Vero Ferrari, en nuestro país quien recalcó una verdad incómoda y ya conocida: sociológicamente, existe una gran brecha de desigualdad arraigada en el pensamiento de hombres y mujeres.

Según las cifras recientes dadas por la ministra de Educación, Marilú Martens, en la selva el 33% de adolescentes entre 15 y 19 años ya son madres; 7 de cada 10 violaciones sexuales ocurren contra niñas y adolescentes; Perú ocupa el tercer puesto en el mundo entre los países con mayor numero de violaciones sexuales, siendo superado solo por Blangadesh y Etiopía.

La desigualdad es evidente. El 70% de mujeres en nuestro país ha sufrido violencia física, psicológica o sexual por parte de su pareja. El 40% de las adolescentes que se retira de la escuela lo hace por la exigencia a realizar quehaceres domésticos. Estas, entre otras estadísticas alarmantes, hacen indispensable la acción desde instancias gubernamentales como el Ministerio de la Mujer.

Hay personas que cuestionan la existencia de este ente velador por la integridad de la mujer.

"[Quienes cuestionan la existencia de un ente que vele por el respeto a los derecho de las mujeres] no están viendo el panorama completo. No están visibilizando el panorama existente: las mujeres son asesinadas por sus esposos, por sus familiares, son acosadas diariamente en las calles. Es difícil ponerse en los zapatos de una mujer y aprender a vivir con el acoso, día tras día. Que te hostiguen en el bus, en el colegio, en la calle. Si no vives eso, es difícil lograr empatía con eso. Igual con los miembros de la comunidad LGTBI, que son doblemente vulnerados. No debemos seguir defendiendo agresores, ni pedófilos", sostiene Ferrari.

foto vero ferrari
una de las voceras del paro

Para Vero Ferrari las voces en desacuerdo con la conmemoración a la mujer el 8 de marzo son una expresión de temor propio del pensamiento patriarcal.

"Preguntarse ¿por qué no hay día del hombre? es una forma de burlarse de una situación que les causa miedo, pánico. Perder los privilegios no es fácil. Asumir que vienes de una historia de violencia contra personas vulnerables no es fácil. Aceptar esto y hacer espíritu de cuerpo, manteniendo la impunidad, es lógico".

Ante este escenario, el sistema judicial peruano parece no darse abasto para minimizar estas cifras o acabar con ellas. La línea 100 nunca responde de inmediato ante una emergencia en Lima. Y eso es peor en zonas rurales y en provincias.

"Si tu pareja te va a matar, no puedes huir porque no tienes ni para el pasaje porque encima tienes tres hijos y si lo denuncias, regresas a tu casa y te terminan de matar", dice Ferrari.

Después del paro, se desarrollará una marcha cuya concentración será la cuadra 6 de la avenida Salaverry y culminará en la Plaza San Martín.

La activista resume así el objetivo de esta iniciativa colectiva:

"El paro es nuestra voz de protesta frente a varias cosas: la violencia y desigualdad que enfrentan las mujeres, la discriminación en la remuneración por el trabajo, la poca consideración cuando tienes hijos, la existencia de más prejuicios si eres mujer. Es una doble chamba la que realizamos y también tenemos que hacerlo en las casas para demostrar que somos buenas madres, buenas hijas, sacrificando el tiempo, nuestra felicidad por otros".

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