Thomas Doyle, sacerdote estadounidense y experto en derecho canónico, señaló a los miembros de la comisión de Australia que investiga las denuncias de abusos sexuales por parte de miembros de la Iglesia Católica en ese país, que desde la década de los ochenta existía información que denunciaba esta situación. 

El especialista reveló que él mismo preparó un informe de 40 páginas sobre casos de pederastia en los Estados Unidos y que fue enviado al Vaticano en 1985. En ese entonces, el jerarca máximo de la Iglesia Católica era Juan Pablo II. 

Como se recuerda, el grupo de trabajo australiano ha recogido 4.444 denuncias que involucran a unas 1.880 personas, entre sacerdotes, hermanos religiosos, laicos, y hermanas religiosas. 

Durante su exposición, el sacerdote que se ha dedicado a ayudar a las víctimas de los abusos cometidos por religiosos indicó que la Iglesia Católica ha fracasado en entender el profundo daño que "ocasionan los abusos sexuales en las víctimas y sus familias". 

En declaraciones que recogió The Guardian, Doyle expresó que para la institución religiosa, la defensa de su reputación se ha convertido en la preocupación principal de la jerarquía católica, en desmedro de la víctimas. 

"La protección de la institución es de suma importancia y eso significa que los propios obispos se protegen entre ellos a cualquier costo, protegerse de la vergüenza, de perder la estima de la comunidad. [...] Porque si estas cosas suceden, la Iglesia se vería seriamente contaminada", manifestó. 

Un ejemplo de ello es el caso de un sacerdote estadounidense que, según Doyle, fue trasladado a otro país tras ser denunciado por abusar de cinco hijas de una misma familia. Para evitar que se inicie un proceso judicial, enviaron al religioso a Holanda porque no existía tratado de extradición con ese país.  En ese contexto, Doyle también subrayó que la Iglesia Católica silencia e incluso castiga a los curas que defienden a las víctimas. 

En otro momento, apuntó que la formación del clérigo que se enmarca principalmente en la práctica del celibato, no les permite madurar emocional, psicológica y sexualmente. 

Finalmente, el abogado y sacerdote estadounidense saludó el trabajo de la comisión: "Lo que están haciendo es único en el mundo, es histórico, va a hacer una diferencia gigantesca en el largo plazo", señaló. 

"Una vergüenza nacional"

Tras conocerse los primeros datos de abusos sexuales contra menores de edad,  Malcolm Turnbull, primer ministro australiano, dijo que estos son una "vergüenza nacional". 

"Esta clase de abusos en cualquier contexto nunca deben pasar. No es solamente una lección de la historia ni una trágica historia del pasado. Es un recordatorio a todos, hoy, en cualquier parte del país, que debemos proteger a los vulnerables a nuestro cuidado, a los niños en cualquier contexto", remarcó en una presentación que tuvo en el Parlamento australiano. 

[Foto de portada: EFE ]

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