La Iglesia Católica se encuentra de nuevo en el ojo de la tormenta internacional por las acusaciones de abusos sexuales a menores de edad en Australia, entre 1980 y 2015.
La abogada consejera de la comisión que investiga esos delitos, Gail Furness, dijo que se recabaron un total de 4.444 denuncias que apuntan a centenares de curas y a 93 altos cargos de la iglesia.
En la primera jornada de audiencias, Furness señaló: "Los niños fueron ignorados o, peor aun, castigados. Las denuncias no fueron investigadas. Curas y religiosos fueron reubicados. Las comunidades adonde fueron trasladados desconocían su pasado"
Afirmó que los documentos de las denuncias fueron desechados o destruidos. “La Comisión Real esperaba un mejor entendimiento sobre la acción que debería tomar en cada caso. La Santa Sede respondió el 1 de julio de 2014 que ‘no era posible ni apropiado proveer la información requerida'”, explicó Furness.
Los datos recopilados indican que el 78 % de los denunciantes fueron varones y un 22 %, mujeres.También revelaron que la edad media de las víctimas fue de 11,6 años en el caso de niños y de 10,5 en el caso de niñas, y que las víctimas tardaron una media de 33 años en presentar las denuncias luego de que el supuesto delito fuera cometido.
En total, unas 1.880 personas fueron identificadas como presuntos perpetradores de abusos. De estos, 597 eran hermanos religiosos, 572 sacerdotes, 543 laicos y 96 eran hermanas religiosas, precisó Furness en la sesión.
Durante los siguientes días declararan seis de los siete arzobispos de Australia y líderes de las órdenes religiosas, entre ellos el arzobispo de Adelaida, Philip Wilson, considerado el más alto cargo de la jerarquía católica sindicado de encubrir abusos a menores.
Anthony Fisher, arzobispo de Sidney, es uno de los llamados a declarar y se disculpó durante una misa por el daño causado en el pasado y expresó su fe en que la Iglesia Católica saldrá reforzada de este “camino de humillación”.
“La Iglesia lo lamenta y yo lamento los errores del pasado que dañaron a tantas personas (…). Estoy convencido de que al final de la humillación y la purgación por la que estamos pasando seremos una Iglesia más humilde, más consciente y más compasiva en este área [...] Pero estamos en un viaje y todavía queda mucho por hacer, por ello estamos agradecidos por el estudio concienzudo y la orientación profesional de la Comisión Real”
El cardenal George Pell, encargado de las finanzas del Vaticano, admitió que se encubrieron los casos de pederastia en el seno de la Iglesia Católica australiana y lamentó no haber hecho más ante ellos en febrero del 2016.
Por su parte, el Gobierno de Australia aseguró que indemnizaría a las víctimas que sufrieron agresiones dentro de instituciones públicas y religiosas del país con hasta 114.850 dólares de EEUU o 107.000 euros el pasado 4 de noviembre.
La Comisión Real se estableció en 2012 para investigar la respuesta de las autoridades a los casos de abusos sexuales a menores cometidos en instituciones públicas, sociales, deportivas y religiosas.
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