La banda se disolvió en 1989. Y lo hicieron teniendo un repertorio de temas que pudo haber construido fácilmente un álbum. Sin embargo no ocurrió así y tuvieron sus razones.

Cántaro, integrada originalmente por Javier López (guitarra, voz principal), Frank Edgar (bajo), Octavio Susti (guitarra), Pablo Sánchez (teclado) y Ricardo Susti (batería y percusión), vuelve a la escena musical limeña con esas canciones que fueron solo conocidas por sus presentaciones en vivo.

Transcurrían los años ochenta y tres estudiantes de la PUCP formaron una agrupación que se movía entre una serie de géneros en boga durante aquella época, como la nueva trova y el rock progresivo, aunque los ritmos peruanos también estaban presentes ("Lando del angelito").

Cántaro nació también cuando en el Perú la movida del rock subterráneo estaba ganando una buena cantidad de adeptos con su mística.


¿POR QUÉ CÁNTARO EN EL 2016? 

"Cuando Cántaro se disolvió en diciembre 1989 lo hizo sin pena ni gloria. No hubo concierto de despedida. No hubo mucha gente. Ni siquiera los incondicionales. Fue una muerte silenciosa en un país que vivía momentos dramáticos en el día a día. ¿A quien le importaba una banda que llevaba el acorde mayor por delante? ¿Qué tenía que hacer el optimismo de sus temas en medio del caos? La banda estaba herida de muerte", comenta Frank a LaMula.pe

"La esperanza se conquista a golpes de martillo" se podía decir en 1986, nos cuenta. Tres años después, la esperanza había sido derrotada a combazos y anfo. "Las letras de Cántaro no tenían nada que ofrecer en el contexto de la desesperación, excepto quizá 'La Canción de la Paz Pedida'. Pero las canciones, si bien habían perdido su estado de ánimo, seguían siendo buenas canciones. Si quitamos el manto de la temporalidad y las circunstancias, no podemos decir (especialmente hoy en día) que hayan perdido vigencia", detalla.

Algunas fueron incluso proféticas: "las playas del sur te cantarán una mañana, que tu ciudad termina donde empieza una barriada". Cántaro no solo fue una banda, fue también un estado de ánimo, una post adolescencia, unas ganas de salir a un espacio que estuviera tan cercano a la tierra como a la utopía. Y ante esa misión imposible (aunque no suicida) se encontraron con pocas armas: escasez de instrumentos, cero capital, nula formación musical, imposibilidad de grabar, no managers, no profesionalismo, etc. 

"Entender esto en una época en que el pro tools o la internet están a la vuelta de la esquina es casi imposible para alguien que tenga hoy en día 20 años. Los 80 asaltaron a quienes llevaban esa edad entonces dentro de un torbellino de demolición y decadencia como no se había visto en el país desde la guerra contra Chile en el siglo XIX. El espacio para estar vivo era muy reducido. Las angustias juveniles por lo tanto, estaban amplificadas tremendamente en las calles", anota. 

Es 2017 y ellos ya no tiene la misma edad. Sin embargo Javier López, Frank Edgar y Ricardo Susti buscarán recuperar sobre la tarima la vigencia de sus letras y de sus beat, y los acordes mayores que mueven de raíz a sus canciones. [Puedes escucharlos en Soundcloud]

LaMula.pe estuvo en uno de sus ensayos (se presentan este 18 de febrero a las 8 de la noche en el Teatro Británico de Miraflores) y esto es lo que contaron: