La brasileña Odebrecht, que lidera el consorcio que está a cargo del Gasoducto Sur Peruano (GSP) -junto a la española Enagás y la peruana Graña y Montero- no ha logrado vender el 55% de sus acciones, operación clave para que se concrete el financiamiento necesario para culminar este megaproyecto energético, porque los bancos privados le cortaron el crédito a la referida constructora por el escándalo de corrupción en que está implicada en diversos países de Latinoamérica.

La fecha límite que dio el Gobierno para que Odebrecht transfiera su participación en el gasoducto vence este lunes 23. Hasta la publicación de esta nota, no había cerrado ningún acuerdo. En las últimas semanas se dijo que el fondo de inversión canadiense Brookfield y la estatal china CPNC eran los más firmes candidatos para esta adquisición.

Pero lo cierto es que no se concretó, y ahora el consorcio anunció que está listo para iniciar el proceso de devolución de la licencia de concesión, con lo que el Gobierno tendría que convocar a una nueva licitación para terminar el ducto."Ante la inminente imposibilidad de lograr el cierre financiero en esa fecha, es posible que se declare la terminación de la concesión", dijo el consorcio en un comunicado que cita Gestión.

“La empresa concesionaria se encuentra a la espera de una comunicación oficial por parte del Gobierno, que nos permita iniciar los trámites del proceso de devolución de la concesión, de la mejor forma posible”, se lee también en el referido documento.

En este escenario, es decir, en el que el Estado tenga que subastar el proyecto, en el orden de prioridad de devolución de capital están primero los bancos, luego Graña y Montero y “al final si queda algo le quedará a Odebrecht”, según explicó  Mario Alvarado Pflucker, director gerente de la referida constructora peruana.

Pero el jueves último, el presidente Pedro Pablo Kuczynski no descartó que, para evitar que todo el proceso vuelva a fojas cero, los socios minoritarios de Odebrecht en el gasoducto (Graña y Montero y Enagás) compren la participación de la firma brasileña, pero hasta el cierre de esta nota esto no había pasado.

El jefe de Estado explicó, incluso, que en ese caso, al momento de la transacción (venta de acciones), una parte de ese dinero iría a un fideicomiso para financiar los daños y perjuicios provocados al Estado por el accionar ilícito de Odebrecht en el país, lo cual tendrá que demostrarse primero en un tribunal. Lo mismo se buscaría en todos los proyectos en los que la constructora brasileña participa en Perú.

¿Cuál es el estado del Gasoducto Sur Peruano?

Según el consorcio a cargo de las obras, el avance general del proyecto es de 37.6%, mientras que el montaje de ductos tiene un avance de 10.7%. Además, se han tramitado más del 66% de las Servidumbres y ya llegaron al Perú el 62.76% de los tubos para la construcción del ducto, que tendrá más de 1,000 kilómetros de extensión.

Hay más de 20 campamentos de obra construidos en las regiones de Cusco y Arequipa para albergar a cerca de 4.000 trabajadores del proyecto, además de 19 puntos de acopio de maquinarias y tuberías.

El Gasoducto Sur Peruano es considerado como un proyecto fundamental para la seguridad energética de Perú y para la consolidación del desarrollo industrial de la zona sur del país.

El proyecto fue adjudicado el 30 de junio de 2014 y el contrato, cuyo valor de inversión es de 7.328 millones de dólares, fue suscrito el 23 de julio de ese año, durante el gobierno de Ollanta Humala.

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