"Me genera indignación y tristeza. Sin embargo, no me sorprende del todo", nos dice Martín López de Romaña sobre la decisión de la fiscal María Peralta Ramírez de archivar la denuncia que presentó junto con Pedro Salinas, José Enrique Escardó, Óscar Osterling, y su hermano Vicente López de Romaña contra Luis Fernando Figari, fundador de Sodalicio de Vida Cristiana, por presuntos delitos de violación sexual, secuestro, lesiones graves y asociación ilícita para delinquir.
"Éramos conscientes también de que pedíamos que se investigue a personas que cuentan con recursos ilimitados y una considerable influencia", admite.
Como se recuerda, la noticia se hizo pública el pasado lunes a través de un comunicado del Ministerio Público. El pronunciamiento causó indignación no solo en los denunciantes sino también en la ciudadanía, especialmente, por un determinado argumento: "Las pericias demuestran que todos ellos llevaron vidas personales y profesionales exitosas".
Una afirmación que pasó por alto las pericias que realizaron, a los cinco denunciantes y exmiembros del Sodalicio, el psicoanalista Jorge Bruce y el psiquiatra Dante Warthon. Ambos concluyeron que los cinco tenía serias lesiones psicológicas.
El comunicado también señaló que los delitos que se le atribuyen a Figari y a otros exlíderes del Sodalicio ya habían prescrito. Otro de los argumentos que se menciona es que para ingresar al Sodalicio había que ser mayor de edad, lo cual ha sido desmentido por José Enrique Escardó.
"Me parece que el comunicado de la titular de la 26 Fiscalía Provincial Penal de Lima no ha considerado ni informe de la Comisión para la Ética y la Reconciliación (designada por el mismo Sodalicio), ni a las autoridades actuales del Sodalicio, quienes han reconocido los abusos de su fundador y la existencia de víctimas", apunta Martín López de Romaña.
La decisión fiscal ha sembrado, nuevamente, dudas sobre el funcionamiento del Ministerio Público. La sensación de que ha ganado la impunidad se ha fortalecido.
A pesar de ello, el caso Sodalicio ha tenido un impacto ciudadano. Tras la exposición pública de las denuncias de abusos, los peruanos hemos tomado mayor consciencia sobre la importancia de cuidar a nuestros niños y adolescentes, de estar pendientes de ellos. Y, sobre todo, investigar a las instituciones a las cuales les encargamos su educación.
"Mi motivación personal al arriesgarme a presentar la denuncia fue la de evitar que cualquier otro joven pase por lo que yo pasé. Por los abusos, humillaciones, el control mental y emocional, el alejamiento de mi familia, en suma, por todo aquello que truncó o destruyó para siempre en mi vida. Creo que es importante que la sociedad civil esté prevenida para que pueda defenderse de personas con perversas y despóticas motivaciones", finaliza.
[Foto de portada:LaMula.pe ]
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