El viernes 30 último fue un día histórico para la Policía Nacional del Perú, porque fueron ascendidas a la máxima jerarquía que tiene la institución la médica María Elizabeth Jacqueline Hinostroza Pereyra (48) y la abogada Ángela Giovanna García Estación (53). 

Son las primeras primeras generales de la historia policial en el país. El trabajo y el esfuerzo de años para capacitarse y ganar experiencia tuvieron su recompensa, al lograr escalar a lo más alto de la institución y marcar un hito. "Considero que es necesario que haya más mujeres en la Policía", dijo María Hinostroza en un breve diálogo con La República durante la ceremonia de ascenso.

"Creo que la mujer aporta en la Policía y en cualquier otro lugar. Hoy va a la par del hombre y, en muchísimos lugares, va adelante. Creo que a la sociedad le transmite más tranquilidad recurrir a la ayuda de una mujer policía que a la de un hombre", dijo por su parte Ángela García.

María Hinostroza tiene un doctorado en Medicina, una maestría en Salud Pública y fue becaria del gobierno francés para seguir una especialización en Neurocirugía Funcional en la Universidad Paul Sabatier Toulouse. Viene laborando 26 años en el Hospital Nacional de la Policía, donde actualmente trabaja en el Departamento de Neurocirugía. Ingresó a la institución en mayo de 1990, cuando tenía solo 22 años y aún no culminaba sus estudios de Medicina Humana en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos.

"Ser policía ni siquiera era una posibilidad a evaluar, siempre estuvo entre mis objetivos", responde Hinostroza con seguridad sobre su decisión profesional en un país como el nuestro, machista y donde la institución a la que pertenece ha sido y es muy vapuleada. 

Ángela García ingresó a la Policía en 1989, cuando tenía 25 años. Fue parte de la promoción 'Las audaces', poco tiempo después de obtener su título como abogada en la Universidad San Martín de Porres (USMP). La oficial asegura que nunca se sintió discriminada por su condición de mujer en la Policía. 

"Desde que ingresé me han respetado por los aportes que hago en mi especialidad y mi opinión ha sido siempre escuchada", afirma, según La República. Viene de una familia policial: su padre es un general retirado de la Policía de Investigaciones del Perú (PIP) y su madre integró la segunda promoción de policías femeninas de este desparecido cuerpo especializado de la institución.

La oficial García ha laborado en diferentes unidades operativas de la PNP. Primero en la Policía Fiscal, luego en la Dirección de Personal, la Policía de Seguridad Vial, la Dirección de Telemática, la Dirección Contra el Terrorismo, la Dirección Antidrogas, Inspectoría General, la Dirección contra la Corrupción y ahora en la Oficina de Asesoramiento Inmediato de la Dirección General. "La responsabilidad y el compromiso lo tenemos desde siempre. Pero ahora más, porque abrimos una puerta para el resto de las mujeres policías", sostiene.

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