En los primeros siete años de su administración, el presidente Barack Obama deportó a más de 2.7 millones de personas, es probable que para el final de su mandato, el 20 de enero próximo, la cifra supere los 3 millones, según las cifras contenidas en el Libro de Estadísticas del Departamento de Seguridad Nacional (DHS), que acaba de ser publicado.
Así, Obama se convierte en el mandatario estadounidense que más extranjeros ha deportado en la historia reciente de EEUU, pese a que este país ha experimentado un descenso marcado en la inmigración indocumentada por sus fronteras.
Según las estadísticas del mencionado libro, que incluyen cifras hasta el 30 de septiembre del 2015 -faltarían los casos del año fiscal 2016 y los tres meses desde que este termina en octubre hasta que Obama deje la Casa Blanca el próximo 20 de enero-, el saliente presidente estadounidense deportó a más de 2.7 millones de personas entre 2009 y 2015.
Obama superó el récord que había establecido George W. Bush en los ocho años anteriores. El republicano deportó a 2 millones de personas entre 2001 y 2008, y su antecesor, el demócrata Bill Clinton, apenas a poco más de 869,000.
Pero fue durante la administración de Clinton, en 1996 para ser exactos, en que se aprobó la Ley de Inmigración que, junto al aumento de los recursos destinados a las autoridades migratorias, contribuyó al mayor énfasis en la deportación de los inmigrantes en EEUU a partir del 2003.
"Este aumento en deportaciones durante la época de Obama y en parte en la época de Bush, es debido a una combinación de factores", dijo Muzzafar Chishti, experto del Migration Policy Institute (MPI), citado por La Opinión, importante medio en EEUU dirigido a la comunidad hispana.
"El Congreso autorizó muchos más recursos para este rubro y además mandó a mantener un mínimo de deportaciones. El gobierno federal se alió con gobiernos locales a través de programas como Secure Communities, etc", agregó.
Pilar Marrero, experimentada periodista del citado medio hispano, especializado en inmigración, explica el contexto en que se dio la aprobación de la mencionada ley en 1996 y las consecuencias posteriores que tuvo:
"Respondió a la expansión de los sentimientos anti inmigrantes que se iniciaron en California con la Proposición 187 dos años antes, un Congreso agresivamente conservador en manos de Newt Gingrich y un presidente Clinton bajo ataque por diversos frentes. Esa medida aumentó las deportaciones y detenciones, redujo las opciones para obtención de asilo y amplió la cantidad de delitos por los cuales un residente legal puede ser deportado (...) Los efectos de esa ley y del cambio de sentimientos en el país tardaron años en sentirse. Bush implementó algunas de estas medidas y aumentó las redadas, aparte de “retornar” a más de 8 millones de personas en años en que la migración indocumentada estaba en un punto álgido debido a la relativa prosperidad en Estados Unidos y los problemas económicos en México"
Luego Obama cambió algunas normas de deportación, con el objetivo de reducir las probabilidades de que inmigrantes con largo tiempo en EEUU y sin delitos en su haber fueran deportados. Esto permitió incluso el cierre de muchos de esos casos de deportación.
Pero así y todo, las cifras registradas de sus dos mandatos son superiores a las de sus antecesores. Además, pese de la retórica respecto al énfasis en la deportación de "delincuentes", Estados Unidos sigue deportando a más personas que no han sido sentenciados por delitos comunes por un tribunal penal. Por ejemplo, en 2015, se deportó a 139,950 extranjeros delincuentes frente a 193,391 no delincuentes.
De acuerdo con las estadísticas del Departamento de Seguridad Nacional, el mayor número de deportaciones vienen de personas procedentes del "triángulo norte" de América Central, conformado por El Salvador, Honduras, Guatemala. Entre los tres países se registraron 74,908 expulsados.
De otro lado, el número de "retornos", que es el regreso en puntos fronterizos sin deportación formal, es el más bajo de la historia reciente en EEUU. ¿Qué significa esto? Que la migración indocumentada de los países limítrofes, principalmente de México, está en su punto más bajo en décadas. Por ejemplo, en 2015, solo hubo 129,122 "retornos" en las fronteras, la menor cifra desde 1966.
"La migración indocumentada mexicana ha bajado consistentemente, no sólo por la recesión económica sufrida en Estados Unidos y menos trabajos en 'el Norte', sino porque la situación económica de México ha mejorado en años recientes", explica Marrero.
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