Ante la mirada de propios y extraños, el Partido Aprista, fundado por Víctor Raúl Haya de la Torre en 1930, está en una de las crisis más agudas de su historia. Y esto no pasa solo por la derrota en las elecciones de abril de este año, en las que aliado con el Partido Popular Cristiano (PPC), el expresidente Alan García apenas superó el 5% de los votos válidos.

La historia se remonta a marzo del 2010, fecha en la que se realizó el congreso nacional aprista que eligió a Omar Quezada y Jorge del Castillo como secretarios generales colegiados. 

Según la Ley de Partidos Políticos, estos tienen un plazo máximo de cuatro años para renovar las dirigencias nacionales. En el Apra, se ha asumido este plazo como tal, por lo que en marzo del 2014 correspondía realizar un nuevo congreso para elegir nuevas autoridades partidarias.

Sin embargo, esto no ocurrió. Por eso, cuando el Apra quiso inscribir a Jorge Villasante, exministro de Trabajo del segundo gobierno de García, como vicepresidente del Tribunal Electoral, el Registro de Organizaciones Políticas (ROP) del Jurado Nacional de Elecciones (JNE) observó, el 9 de diciembre del 2015, que la dirigencia nacional del partido "tenía mandato vencido", y que debía informar si se había realizado dicha renovación.

Poco después el ROP le dio el visto bueno a la inscripción de la Alianza Popular, coalición del Apra con el PPC y otros movimientos regionales, que postuló a García a la presidencia (por cuarta vez) y a Lourdes Flores en la primera vicepresidencia. Como buenos "compañeros disciplinados", hubo una tregua interna ante los comicios.

DESPUÉS DE LA BATALLA

Tras la derrota electoral de García, la comisión política, integrada por políticos como Javier Velásquez, Mauricio Mulder, entre otros, convocó al Congreso Nacional. 

Por ello, algunos militantes, como Nelson Vásquez y Juan Carlos Sánchez Montes de Oca, hicieron consultas al máximo ente electoral, que reiteró que el mandato de las autoridades del Apra "estaba vencido". Con esto, ni la comisión política ni los secretarios generales podían convocar a este congreso.

Pese a esto, a la dirigencia aprista no le entraron balas. En la segunda mitad del año, pretendió inscribir a Moisés Tambini como presidente del Tribunal Electoral. Ante ello, el 4 de octubre, el JNE le recordó que los convocantes están "con mandato vencido" y por ello no tenían facultad para inscribir a Tambini.

Sin embargo, el JNE le dio "una salida" a la dirigencia aprista, haciendo una segunda excepción como la de diciembre del 2015, y le dio trámite a la solicitud de inscripción del Tribunal Electoral realizada por la personería legal del Apra; y que "subsane observaciones".

Esta subsanación consistía en que presenten un acta de una reunión del Comité Ejecutivo Nacional que ratifique esta inscripción, en la que estén presentes todos los integrantes. 

Sin embargo, en dicha acta, del 8 de agosto, faltaban varias firmas, como las de Wilbert Bendezú, Javier Morán, Edwin Arellano, Luis Alberto Álvarez, Luis Alberto Molero Coca, Carlos Armas Gamarra, entre otros. Además, presentaron entre los firmantes a un representante de la juventud del partido en un acta "que no es de la Juventud Aprista Peruana" y que su mandato estaba vencido.

Aún así, el JNE aceptó la inscripción. Para Vásquez, el máximo ente electoral "estaba excediéndose" al hacer una segunda excepción, "vulnerando los propios estándares que puso". Ante esto, el pasado 25 de noviembre, Sánchez Montes de Oca presentó una apelación ante el máximo ente electoral.

Cinco días después de la apelación presentada por Sánchez Montes de Oca, el director nacional del ROP, Fernando Rodríguez Patrón, respondió con un oficio en el que concedía el recurso de apelación, y que este caso quedaba en manos del pleno del JNE, que debía fallar en audiencia pública en los próximos días.

¿QUÉ ES LO QUE SE VIENE?

En diálogo con Lamula.pe, Sánchez explicó que hacía esto para encausar al partido "por la senda de la legalidad".

"Somos compañeros y no tenemos miedo a las represalias. Estamos curtidos en la larga data de luchas del partido y ahora nos preocupa recuperar la institucionalidad del partido (...) Esto va a ser un precedente para cualquier partido en el país, va a ser una cadena".

Por su parte, el militante aprista Jorge Cuervo afirmó que al no haber un congreso nacional "no hay renovación y movilidad". Sostuvo que si bien el partido no está paralizado, porque continúa con sus actividades, "no tiene direccionalidad política".

Sostuvo que esto se expresa "en el comportamiento" de la Célula Parlamentaria Aprista, en referencia a las recientes diferencias al momento de votar por la censura al exministro de Educación, Jaime Saavedra; así como en los resultados electorales de abril pasado. "Toda organización necesita una cabeza que desarrolle la línea política, y eso lo define un congreso nacional", expresó.

Sobre el papel de García, reconoció que aunque "es una satisfacción para nosotros" que haya llevado al partido de la estrella dos veces a la presidencia, "no puede ser el gran elector". "Hemos conocido a Haya de la Torre, y aún con la autoridad de ser el fundador del partido y arquitecto, los congresos se realizaban", recordó.

Ahora, La pelota está en la cancha del pleno del JNE, que definirá no solo el futuro inmediato de un partido histórico como el Apra, sino el de la institucionalidad de las organizaciones políticas del Perú.

Foto de cabecera: Andina.

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