El pasado 15 de diciembre, en el debate durante la interpelación al exministro de Educación, Jaime Saavedra, la presidenta del Congreso, Luz Salgado, dejó la Mesa Directiva y bajó a su escaño para defenderse de las acusaciones por el presunto negociado entre la administración del Parlamento y la empresa Coresol SAC por una compra-venta de 980 computadoras por un monto de 5 millones de soles.

Salgado respondía a quienes cuestionaban al Congreso por querer censurar a un ministro por un presunto caso de corrupción muy similar al que habría estado ocurriendo en la administración del Parlamento. Visiblemente enojada, criticó a la prensa y dijo que si le demostraban que algún funcionario del Congreso se había enriquecido con este presunto negociado, despediría a este y ella iba a renunciar a su cargo en la Mesa Directiva.

Once días después de este discurso, Saavedra ya no es ministro de Educación porque fue censurado por la mayoría fujimorista, la Contraloría identificó riesgos en el proceso de compra del Congreso, Salgado anunció el despido de dos funcionarios, pero ella no renuncia porque puso esta condición:

"Yo no le cuestiono al ministro de Educación la compra, se le cuestiona que cuatro empleados se hayan enriquecido y si aquí me demuestran que algún empleado se ha enriquecido, yo lo saco y yo renuncio, ¡así soy yo! Quiero saber si algún congresista sabe si algún funcionario de alto o bajo nivel se ha enriquecido o tiene en su cuenta corriente, a ver, que me lo demuestren y hoy día mismo yo renuncio a la Mesa Directiva, pero mientras no me lo demuestren yo voy a defenderlos", dijo.

(Foto de portada: Congreso de la República)

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