(LaMulaVerde desde México) No, no se trata de playa ni de turismo ni gigantes hoteles. Es la decimotercera Conferencia de Naciones Unidas sobre Diversidad Biológica (COP13), que se celebra en Cancún desde la semana pasada hasta este 17 de diciembre de 2016. Tampoco es que se esté hablando solamente de animales y plantas. Aquí se están negociando acuerdos y compromisos que impulsen la conservación de la biodiversidad en todo el mundo.
Representantes de 196 países están reunidos aquí para discutir sobre la integración de la conservación de la biodiversidad y el aprovechamiento óptimo de los recursos naturales en los planes, programas y políticas públicas de cada nación. Los sectores agrícola, forestal, pesquero y turístico están muy atentos. Pero también los ciudadanos, quienes nos beneficiamos de esa diversidad biológica.
El Convenio sobre la Diversidad Biológica (CBD), fundado en 1992 en la Cumbre de Río, es el acuerdo jurídicamente vinculante sobre el uso y la conservación de la diversidad biológica. La COP 13 proporciona el marco para que 196 partes guíen los esfuerzos para conservar y utilizar de manera sostenible la diversidad biológica y compartir equitativamente los beneficios del uso de los recursos genéticos. En esta convención se analiza el avance y cumplimiento del Plan Estratégico para la Diversidad Biológica 2011-2020 y las Metas de Aichi.
¿Por qué nos debe interesar la COP13?
La biodiversidad no solo es tener bosques y selvas con animales. La agricultura y el turismo dependen directamente de la diversidad biológica (organismos vivos diferentes).
De hecho, se está ante una oportunidad de hacer negocios (sostenibles, por supuesto). Por ejemplo, algunos hoteles de Cusco o Tarapoto reciben huéspedes que quieren avistar aves o conocer animales y plantas que no hay en sus países de origen. La norteña Punta Sal, la cálida Candamo y el frío Huascarán son otras muestras de la dependencia directa de la sostenibilidad y el estado de la flora y fauna de su entorno.
Los empleos e ingresos generados por este tipo de turismo se esfumarían si permitimos que se termine la biodiversidad biológica. Por citar solo nuestro país.
Por otro lado, luchar por que la diversidad biológica conserve y aumente un abanico genético de especies de plantas y animales es fundamental para poder desarrollar especies resistentes a los retos que enfrenta la actividad agropecuaria como sequías y cambio climático. En tres décadas, la demanda de alimentos mundial se incrementará considerablemente.
La deforestación ha aumentado. Se pierden 20 árboles cada 10 segundo, miles de hectáreas de bosques cada año. Igual ha ocurrido con el 90% de los humedales.
Así, esta COP debe delinear acciones para proteger y aprovechar de manera sostenible la biodiversidad del planeta abordando la pérdida de hábitats, la producción de alimentos de manera sostenible y el reparto equitativo de los beneficios del uso de recursos genéticos.
Esto último es importante ya que compromete a los países negociadores a diseñar políticas públicas con las que las empresas deberán permitir la repartición justa de los beneficios que arroja el uso de los recursos genéticos de determinada zona, mientras que los estados están obligados a crear las condiciones que faciliten el acceso a los recursos genéticos.
En la COP también se debate sobre conservación, áreas protegidas, acidificación de océanos, uso de la biodiversidad en sectores productivos, biología sintética, polinización, especies invasoras e impactos del cambio climático.
¿Se cumplirán las metas?
En las COP, tanto en las de cambio climático como en esta de biodiversidad, hay muy buenas intenciones. Discursos, anuncios, aplausos, aunque también desazón o incredulidad. En el 2010, durante la COP10 que se llevó a cabo en Nagoya, se crearon las metas de Aichi sobre la Diversidad Biológica 2011-2020.
Veinte metas. Y de acuerdo con los especialistas, casi dos tercios de ellas no serán alcanzadas en los cuatro años que restan de plazo. World Wildlife Fund (WWF) considera que apenas el 5% de las naciones involucradas podrán cumplir a tiempo con los objetivos de mejorar las condiciones de los bosques, océanos, agua dulce y las especies silvestres.
"¿Qué nos hará creer que podemos acelerar el paso y alcanzar las metas de Aichi? Porque el enfoque habitual de las empresas no nos llevará a ello", se pregunta Deon Nel, director global de conservación en WWF.
La COP13 debe encontrar vías para instrumentar más efectivamente el acuerdo global para proteger la biodiversidad. Los planes nacionales de desarrollo en la política económica y en los presupuestos nacionales deben considerar la importancia de la naturaleza para que el valor real de la biodiversidad pueda ser comprendido adecuadamente.
La biodiversidad es el tercer pilar en la construcción de un planeta sostenible y resiliente al clima. Es hora de que los gobiernos demuestren su compromiso para avanzar en la conservación de la biodiversidad. Veremos qué ocurre al final de esta convención.
(Foto portada: animalesenextincion.es / Fotos texto: COP13)