Se necesita tiempo para entender los sucesos que golpean a las sociedades. Después de poco más de dos meses que Colombia le dijo NO al Acuerdo de Paz, los escritores colombianos Daniel Samper Pizano (Premio Rey de España y tres veces ganador del Premio Simón Bolivar de periodismo) y Laura Restrepo (Premio Sor Juana Inés de la Cruz y Premio Alfaguara de Novela) se juntaron en el Hay Festival de Arequipa para, con las pasiones y lagrimas apaciguadas, tratar de explicar y entender aquel resultado electoral que sorprendió a la región y al mundo entero.  

Laura Restrepo señaló que, si bien el proceso de paz era histórico, el gobierno de Santos cometió un grave error al hacerlo a puertas cerradas, impidiendo una mayor participación de la ciudadanía, para después presentar un "documento muy serio" que para pocos era comprensible en su totalidad: "hubo mucha gente que de las 300 páginas del documento, podía estar en contra de 25 y decían un NO rotundo. Los del No, no eran únicamente gente que tiene a la guerra como bandera política, sino también mucha gente que simplemente no estaba de acuerdo con todo". Y recordó un frase que se hizo conocida entonces: "queremos ser pactantes, no pactadas".

Foto: : Diego Milenko Vega / Hay festival

"La historia la hacen los pueblos”, continuó. “No es por quitar el mérito a tremendo esfuerzo inusual que ha hecho Santos en la historia de Colombia, pero no se puede sustituir la acción popular en un proceso que tiene que involucrar a todo el mundo. Es fundamental el acuerdo con la guerrilla, pero más fundamental es la negociación de la paz y el perdón del país consigo mismo", explicó Restrepo. "El NO ha abierto el debate que al país le hacía falta".

"El pensamiento binario del SI o NO, no funciona en la realidad. El dolor de los colombianos es algo muy difícil de medir de esa manera", señaló Restrepo. Para ello recordó cómo los pueblos más afectados apostaron mayoritariemente por el SI. "Es conmovedor cómo esos pueblos llegaron a un estado de alma para apostar por el perdón".

Pero hay que aclarar, insistió Samper, que, por más que los medios hicieron de los 50 años de guerra un cliché, la verdad es que la guerra en Colombia ha durado 200 años, desde sus luchas por la independencia. "Colombia siempre ha estado en guerra, siempre hemos encontrado la manera pelear contra nosotros".

Más que el papel presidencial de Santos, su perfil y trayectoria política ha sido crucial para el Acuerdo. "Santos ha sido un doctorado en traiciones", señaló Samper, recordando los movimientos que efectuó el actual presidente para abonar su camino a la presidencia con la popularidad de Uribe, pero dejando de lado sus objetivos políticos. "Muchos que no habríamos votado por Santos, nos volvimos ansiosos defensores de Santos para que él fuese el ansioso defensor de la paz", dijo en referencia a las elecciones en que fue reelegido. "Todo el camino de Santos fueron jugadas políticas y pensó que el proceso de paz se solucionaba también con directorios. Así quiso darse un baño de votos en las urnas, pero cuando uno no se ha bañado mucho en la vida, se puede ahogar".

Al proceso, además, se le añadió la competencia personal y política entre Santos y Uribe, lo que complicó aún más los objetivos de la votación. "El proceso se transformó en una especie de pre campaña electoral entre ambos. Y a eso hay que añadir de que si Santos no es simpático, pues las FARC tampoco. Es una guerrilla dura, stalinista, machista, jerarquica a morir, dogmática, incluso en medio de ese gesto que se les agradece de ser fieles a partir del momento que dicidieron pactar la paz. El otro día Iván Marquez dijo que las FARC habían tenido el valor de perdonar, pero ese ha sido el valor del pueblo para perdonarlos a ellos".

Los gestos simbólicos previos a la votación fueron un grave error. "Nunca hagan un bautiso sin que el bebé haya nacido", aconsejó Samper. "Volamos papagallos, todos iban vestidos de blanco, para bañarse estaban de rojo. Yo lo vi desde España y lloraba de la felicidad. Somos muy buenos en eso. Pero el niño, es decir, el documento, no estaba, y resultó que el niño nunca nació".

Otra de las principales deficiencias fue la poca capacidad del gobierno para hacer comprender a la sociedad de la importancia de su participación. Casi el 63% de la población no acudió a votar y el NO ganó por 53 mil votos de diferencia. "Esos votos seguramente los puso una iglesia de garaje de Baranquilla. Un cura con 200 mil seguidores, fácilmente puso esos 53 mil votos de diferencia. Ese pastor ganó las elecciones", bromeó Samper.

"Si no te mato, tu no me volteas a mirar", recordó Restrepo que le dijo un sicario alguna vez. Ese recuerdo deja en claro las tareas que aún tiene pendientes Colombia, por más que el nuevo acuerdo se llegue a aprobar. "Muchos aún encuentran su razón de ser, su identidad, en la guerra y no en la paz".

Para finalizar recordó una profecía hecha por el poeta Gonzalo Arango cuando escribió sobre Desquite, un bandolero alzado en armas contra todo: "En el arma de Desquite se leía, grabado con filo de puñal, 'esta es mi vida'. Nunca la vida fue tan mortal para un hombre. (...) Yo me pregunto sobre su tumba cavada en la montaña, ¿no habrá manera de que Colombia, en vez de matar a su hijos, los haga dignos de vivir? Si Colombia no puede responder a esta pregunta, entonces prefetizo una desgracia, Desquite resucitará y la tierra se volverá a regar de sangre, dolor y lágrimas".

"La tarea de los colobianos hoy", dijo Restrepo, "es evitar que se cumpla esa profecía".


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