El último número de la revista Poder ha llamado especialmente la atención por tener en portada a la ministra digital sin cartera de Taiwán, Audrey Tang, protagonista de una completa crónica de Gabriela Wiener en esta edición dedicada a la innovación. Un texto que describe a esta importante activista digital que ha llegado hasta el gobierno gracias a su lucha por democratizar la participación ciudadana en las decisiones de interés nacional y por otro dato no menos importante: ser la primera mujer transgénero en asumir un cargo de esta relevancia.

Pero un capítulo aparte han supuesto los comentarios en la página que la revista trimensual tiene en Facebook, donde sin haber leído el artículo de Wiener -solo se promocionaba el lanzamiento de la edición-, criticaron el que se haga referencia a su identidad de género.


Algunos, por ejemplo, apelaron a lo más sencillo y nada empatizante. '¿Acaso si fuera mujer heterosexual lo pondrían en portada?'. ¡Horror, amarillismo!'

Los que creyeron que una mujer trans y un hombre trans es lo mismo y que minimizan los logros que para ellos no son importantes.

Quienes consideraron que simplemente no tenía nada que ver y quienes le respondieron por qué sí es necesario hacer hincapié en ciertas características a través de los medios de comunicación.


Otros resaltaron la necesidad de hacerlo no solo por una cuestión reivindicativa, sino también por orgullo.

Algunos demostraron también que en tiempos en que el acceso a la información supone apenas un click, resulta vergonzoso criticar lo que no se conoce.

Quienes se tomaron el tiempo de dar una explicación más extensa mostrando la realidad de miles de personas trans en no solo en el Perú sino en la región. ¿Por qué es importante entonces resaltar que una persona transgénero destierra estereotipos?

En resumen...

Porque, ¿cómo no vas a resaltar su éxito y lo logrado a través de su activismo y sus habilidades? Si nos ponemos a comparar...

Todo para que en un futuro, esperemos no muy lejano, una publicación como esta en una sociedad donde realmente no importe el género de las personas, produzca opiniones únicamente sobre acciones.


Pero hasta que ese futuro llegue, nunca estará demás un 'transgénero' en letras mayúsculas de una portada.


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