La muerte de Yoselin Herrera Rojas dentro de la Escuela de Suboficiales de la Policía Nacional del Perú de Cajamarca, ocurrida el 2 de febrero de este año, aún tiene muchas preguntas sin responder. Desde aquel día su familia y la defensa legal de la misma han tenido que lidiar, entre otras cosas, con unas autoridades poco proclives a esclarecer los hechos irregulares en el deceso. 

Mirtha Vásquez, abogada de la familia de la cadete fallecida, comentó a LaMula.pe que el Ministerio Público, que lleva las investigaciones del caso, le pidió al laboratorio de Criminalística -adscrito a la PNP- que revisen si no se habían equivocado en el informe sobre la muerte ocurrida dentro de la escuela; es decir la Policía funcionando como juez y parte.

La respuesta de Criminalística ante el pedido fue que no habían errado y que el alcohol etílico que se le encontró, 2.19 g/l -una cantidad ingente-, era endógeno, como parte de la descomposición del cuerpo. "El infarto no es la causal", nos dice Vásquez, quien informa que Yoselin, de 20 años, no tenía problemas cardíacos. Además, se pregunta, por qué no brindaron esa información en un inicio, y esperaron a que la Fiscalía consulte. "Nunca he visto un reporte similar", afirma la abogada sobre la hipótesis del alcohol generado por la descomposición.

Además, dejando a un lado la teoría de la Policía de la producción endógena, ¿cómo es que ingresó el alcohol a un entorno que tiene un régimen de internamiento?

yoselin herrera rojas

Para la abogada, lo más probable es que archiven el caso, ya que el Ministerio Público (MP) parece suponer que ella murió por causas naturales. "En el MP no hay interés de profundizar las investigaciones en cuanto a los maltratos que Yocelín estaba recibiendo en la Escuela". 

Esto es lo que no es parte de la investigación: si es que existe relación entre la violencia sistemática que Yoselin Herrera vivió en la escuela, contada por ella y otras personas -que incluía amenazas de muerte, y varios tipos de vejámenes que no solamente ella vivió-, y su deceso. Tan solo en el 2015, en la misma escuela ubicada en Cajamarca se recogieron cinco denuncias por maltratos realizados por suboficiales o alumnos de años superiores.

"Hay una clara consigna de silencio, es verdad que varios compañeros de Yoselin fueron a declarar, pero en las declaraciones no han querido revelar absolutamente nada, todos dicen que no vieron nada, que no pasa nada dentro de la escuela, que todo transcurre con tranquilidad y que nadie agrede a alguna persona. Eso se puede comprobar que es falso porque en la Fiscalía de prevención del delito obran 5 denuncias solo del 2015, de agresiones a alumnos proferidas por otros alumnos o por suboficiales a su mando", señala la abogada .

La abogada también informa que el celular de la exalumna de la escuela tiene registrados mensajes de amenaza y amedrentamiento, y al no se le ha realizada aún la pericia que corresponde.

Asimismo, no se ha profundizado en la hemorragia del páncreas que se le detectó en la autopsia y que la Fiscalía ha pasado en todo por alto.

"La Fiscalía no ha profundizado en el tema de la hemorragia pancreática, solo le hizo una pregunta al respecto al médico legista, que contestó que a veces se producía por causas diversas, y con eso se conformó", afirmó.

La madre de la cadete, Madgalena Rojas Yupanqui, nos dijo que desde que ocurrió la muerte de su hija la Policía no le ha apoyado; administrativamente archivaron "rápido" el caso. No solo eso, sino que a pesar de haber muerto dentro de recintos de la Policía, fue declarada muerta como fuera de servicio, según una resolución de la propia Policía: primero, una opinión que emitió la Dirección General de Sanidad (DIREJESAN), tras ello resolvió el Consejo Academico de la Policía de Cajamarca (Resolución Directoral 028-2016- DIREED-PNP/EESTP-PNP-CAJ/CA).

Todo esto ha ocasionado que la familia de Herrera no reciba una indemnización tras su fallecimiento.

en el medio la madre magdalena rojas yupanqui y la abogada mirtha vásquez a la derecha. (foto: lamula/grufides)

Por su parte, la abogada de la ONG Comisión de Derechos Humanos (Comisedh), Dania Coz, la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CorteIDH) ha establecido ya los precedentes y las líneas de investigación que se deben seguir en un contexto de abuso y maltrato como el que existe en la Escuela de Suboficiales de la Policía Nacional del Perú de Cajamarca.

El precedente es el caso de Valdemir Quispialaya Vilcapoma, quien en el 2002, perdió el ojo derecho por la agresión de su instructor de tiro. En noviembre de 2015, la corte concluyó que el estado peruano no solo no había velado por la integridad física del recluta Quispialaya, sino que tampoco se le había asegurado las garantías judiciales por el caso y otros derechos del tipo indemnizatorios que se le quiso negar. La CorteIDH resolvió que los instructores debían ser, a partir de la resolución, capacitados para que sepan de los límites de su autoridad, además de incidir en la necesidad de que se realicen visitas inopinadas a las instituciones castrenses para verificar el buen trato del personal de tropa.

valdemir quispialaya vilcapoma

Para Coz, en referencia al caso de Yoselin Herrera y a las agresiones que ella padeció, ese tipo de violencia existe en algunas instituciones militares porque tienen una "mala concepción de la disciplina".

Jackeline Soto, abogada de la Comisedh, afirmó que si el caso no es atendido como corresponde, se solicitará una pericia aparte, distinta de la que encarga la Policía.

¿Qué ha dicho la Defensoría de la Policía sobre el caso? Mirtha Vásquez cuenta que les dijeron, en una conversación con Silvia Arispe, que no podía intervenir porque no tenía competencia para ello, sino solo para agilizar el trámite de expedientes.

Así como en otros casos en el país, la señora Magdalena y su familia esperan que el Estado peruano no le siga dando las espaldas por el caso de la muerte de su hija, en medio de presuntos encubrimientos y de autoridades que, tal como nos cuenta la abogada, parecen no tener interés de descubrir cuáles fueron las verdaderas causas del deceso de Yoselin Herrera en una escuela de suboficiales en Cajamarca. La familia quiere cerrar el círculo de maltrato que ahora trasciende a su hija.

También puedes leer:

Familiares de Yoselin piden que no se archive caso y se continúe investigación

Berta y las mujeres muertas