El pasado 20 de noviembre, el periodista Hernán Choquepata, locutor de la radio La Ribereña de Camaná, conducía su programa "Hablan los pueblos" como todos los domingos, cuando a la 1 y 30 de la tarde, tres sujetos ingresaron a la cabina donde se encontraba y le propinaron una golpiza.

El semanario arequipeño "El Búho" informó que Choquepata intentó defenderse, pero uno de los atacantes sacó un arma de fuego y le disparó en la cabeza. No contentos con ello, destruyeron los equipos de la emisora, y huyeron del lugar.

Gravemente herido en la cabeza, el periodista, quien era conocido por sus críticas a las inversiones de obras en Camaná, además de abrir los micros para los oyentes a fin de que estos hicieran sus denuncias, fue trasladado al hospital Honorio Delgado de Arequipa, donde llegó sin vida.

Una semana después de este asesinato, la Relatoría Especial para la Libertad de Expresión de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) ha condenado el asesinato del periodista, y ha exigido que la justicia peruana investigue el hecho, a fin de sancionar a los culpables.

"La Relatoría Especial expresa su profunda preocupación por este atentado contra la vida de un comunicador y por el hecho de que su muerte pueda estar vinculada al ejercicio de la profesión. Por ello, insta a las autoridades a no descartar ninguna de las líneas de investigación, incluyendo la relativa al ejercicio de la libertad de expresión, así como a poner en práctica todos los instrumentos con los que cuenta para identificar, procesar y sancionar a los responsables materiales e intelectuales. También considera fundamental que se adopten medidas de reparación justas para los familiares de las víctimas".

También recordó que según la Declaración de Principios sobre Libertad de Expresión de la CIDH, estos hechos "violan los derechos fundamentales de las personas y coartan severamente la libertad de expresión", y que los Estados deben "prevenir e investigar estos hechos, sancionar a sus autores y asegurar a las víctimas una reparación adecuada".

"los actos de violencia e intimidación contra periodistas, particularmente los asesinatos y ataques a la integridad personal, limitan la libertad de expresión y producen un efecto amedrentador sobre el libre flujo de información. Cuando tales delitos quedan impunes, esto fomenta la reiteración de actos violentos similares y puede resultar en el silenciamiento y en la autocensura de los y las comunicadoras".

Foto de cabecera: Capturas RPP/ El Búho.

Notas relacionadas en Lamula.pe:

Rafo León y Daniel Yovera advierten de la precariedad de la libertad de expresión en el Perú

César Hildebrandt: "Nos han querido callar, pero no lo van a lograr"

Golpe a la libertad de expresión: Periodista Rafo León es sentenciado por difamación

Proética considera una "amenaza contra los principios democráticos" fallo contra Rafo León