El Nobel peruano, Mario Vargas Llosa, se refirió este sábado a la muerte de Fidel Castro, parafraseando una de las frases más célebres del líder cubano fallecido a los 90 años, que pronunció tras el fallido asalto al cuartel Moncada en 1953, cuando dijo: "Condenadme, no me importa, la Historia me absolverá".
"A Fidel Castro no lo absolverá la historia", dijo el escritor en Guadalajara, México, donde está por estos días porque es uno de los invitados de honor de la Feria Internacional del Libro, certamen en el que se le rendirá homenaje por sus 80 años.
Vargas Llosa habla desde la experiencia propia. Conoció bien a Fidel, porque lo apoyó y creyó en la Revolución Cubana. Sus primeras reflexiones sobre lo que se viene ahora en la isla las recoge el diario español "El País", del que es columnista.
"Espero que esta muerte abra en Cuba un periodo de apertura, de tolerancia, de democratización. La historia hará un balance de estos 55 años que acaban ahora con la muerte del dictador cubano. Él dijo que la historia le absolverá. Y yo estoy seguro de que a Fidel no lo absolverá la historia".
Incluso el Nobel peruano formó parte del grupo de escritores e intelectuales que visitaban a Castro. Pero la decepción no tardó en llegar, por el rumbo que tomó el régimen cubano, por el recorte a la libertades civiles y políticas en la isla. Repudió la persecución a los disidentes y la inquina de Fidel hacia los homosexuales.
"Castro los llamaba enfermitos", recuerda Vargas Llosa.
El escritor colombiano Héctor Abad Faciolince también está en la Feria del Libro de Guadalajara. Cree que, sin Fidel Castro, el boom de hispanoamerica no habría las dimensiones que tuvo, pero luego recuerda cuál fue el punto de quiebre entre esta generación de intelectuales y el régimen cubano:
"Fue cuando la revolución pidió a Vargas Llosa que donara el importe del Premio Rómulo Gallegos, obtenido por La ciudad y los perros, y le prometió que se lo reembolsaría en privado. Ahí se vio la capacidad de corrupción de la política. Con Vargas Llosa no les funcionó".
Otra voz de ese boom, la escritora brasileña Nélida Piñón, de 79 años, también recuerda al líder cubano:
"Fidel ya acabó hace mucho. De hecho, fue el fin de una utopía inalcanzable (...) Yo lo conocí. Era un hombre que hablaba y hablaba y hablaba, prolongaba las historias sin dejar que el otro le dijera nada (...) Impuso el terror, persiguió a los gays, llenó las prisiones (...) Fue un constructor de utopías, de sueños. Pero hace mucho que esa historia suya se terminó. Eso le pasa a todos los héroes: no resisten a su propio heroísmo".
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