El Gobierno de Juan Manuel Santos y las FARC firmaron un nuevo acuerdo de paz, para acabar con una guerra de más de 50 años, poco más de un mes después de que los colombianos rechazaron el pacto inicial en el plebiscito del 2 de octubre pasado. Ahora Colombia parece pasar de la incertidumbre a la esperanza, pese a que el nuevo texto aún no es público y del que no se sabe cómo será refrendado.

La victoria del 'No' en las urnas durante la consulta popular obligó al Gobierno a replantear lo negociado inicialmente durante casi cuatro años en La Habana y a incluir las propuestas y reparos de los opositores a lo pactado, encabezados por el expresidente Álvaro Uribe

Los equipos negociadores de la nueva mesa por la paz, también instalada en la capital cubana, anunciaron el sábado que habían llegado a un nuevo acuerdo, luego de nueve días de intensas reuniones, de hasta 14 horas diarias.

Por la noche el presidente Santos, en un mensaje al país, lo confirmó e insistió en que de las 57 observaciones que habían hecho los promotores del 'No', solo en el punto de la participación en política de las FARC, no se logró avanzar. "Este acuerdo, renovado, ajustado, precisado y aclarado debe unirnos, no dividirnos", recalcó el mandatario.

Santos se dirigió al país en sábado en la noche. (EFE)

Antes, el jefe negociador del Gobierno, Humberto de la Calle, quien firmó el nuevo acuerdo en La Habana, también se refirió al tema. "Dije que el acuerdo del 26 de septiembre era el mejor acuerdo posible. Pero hoy, con humildad, reconozco que este acuerdo es mejor en cuanto que resuelve muchas críticas", refirió, al señalar que confía en que "la base de apoyo que lo recoja lo haga más sólido".

Por su lado, Uribe, tras reunirse de urgencia con Santos el sábado antes de que se haga público el acuerdo, le pidió al mandatario que el nuevo texto no tenga alcance definitivo y que sea puesto en conocimiento de todos los voceros del 'No' y de las víctimas. Según alegó, el objetivo es que cualquier observación sea llevada a una nueva reunión con el equipo negociador del Gobierno.

Uribe no quiere perder protagonismo ni réditos políticos en esta nueva etapa del proceso de paz. (EFE)

Esta postura de Uribe fue cuestionada en redes sociales, porque muchos temen que el senador y expresidente vuelva a 'tumbarse' el nuevo acuerdo, como lo hizo en la campaña del 'No' para el plebiscito de octubre, que se basó en la mentira y la manipulación. Para muestra, este tuit del periodista y escritor colombiano Alberto Salcedo Ramos.

De la Calle había recibido la misión del Ejecutivo de cerrar un nuevo acuerdo. No iba a volver a Colombia sin ese documento firmado. Llegó a la capital cubana el pasado 4 de noviembre, con todas las observaciones de los representantes del 'No' bajo el brazo. Eran casi 400 propuestas agrupadas en 60 bloques para negociarlas con la cúpula de las FARC. Como confirmó Santos, los dos temas más álgidos otra vez fueron el de justicia y el de la participación en política de la guerrilla. 

Medios locales, citando fuentes de lado y lado de la mesa de La Habana, indicaron que, en sustancia, el modelo de la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP), sigue en pie, por lo que se colige que los guerrilleros evitarán la cárcel y podrá participar en política. Este era la principal resistencia de Uribe y los promotores del 'No'.

Las modificaciones

Pese a que aún no es público el nuevo texto del acuerdo, fuentes vinculadas a las negociaciones sostienen que las principales modificaciones al acuerdo suscrito en septiembre se centran en garantizar que la propiedad privada no corra peligro, que era una de las exigencias de los partidarios del ‘No’ o en tranquilizar a los sectores ultraconservadores de Colombia, mediante la corrección del contenidos referido al enfoque de género.

El voto evangélico fue decisivo para la victoria del ‘No’ en el plebiscito de octubre. Según el líder de las iglesias protestantes, cerca de 2 millones de fieles votaron en contra de los acuerdos, porque, a su entender, privilegiaban a la comunidad LGTBI, pero lo cierto es que esa fue una interpretación antojadiza.

Celebración

Luego del anuncio que Santos sobre el nuevo acuerdo alcanzado con las FARC, en Bogotá y otras ciudades se registraron manifestaciones de júbilo y de respaldo a la paz.

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