Entre todos tenía que buscar al más homofóbico. Al ser nominado oficialmente como candidato a la Presidencia de los Estados Unidos, Donald Trump no pudo tener para su fórmula a alguien mejor que compartiera sus ideas radicales con un tono más calmo: Mike Pence.

El gobernador de Indiana, de 57 años, es un político religioso ubicado en el ala más conservadora del Partido Republicano, esforzándose por caracterizar su carrera en la oposición de cualquier iniciativa a favor de la comunidad LGTBI.

Lo cierto es que mientras todos se esfuerzan por dejar como 'el cuco' al magnate-presidente -al menos a nivel internacional-, quien será el encargado de asumir todo el poder en caso a Trump le pase algo, continua tranquilo su camino a convertirse en lo que todos temen en el país 'más poderoso del mundo': el verdadero poder en la sombra.


Se escuda en la 'libertad religiosa' para avalar la discriminación

Pence firmó la Ley de Restauración de la Libertad Religiosa de Indiana, lo que en la práctica legalizaba la discriminación al dar luz verde a los empresarios y propietarios de locales comerciales a no brindar servicios o impedirles la entrada a gays, lesbianas, trans o bisexuales. ¿Qué podían alegar? Que hacerlo podía ir en contra de sus creencias religiosas.

La ley fue seriamente cuestionada por distintas instancias y Pence denunció que estaba siendo malinterpretada sin responder claramente si con ella podría discriminarse a las personas LGTBI. Casi a regañadientes firmó una versión revisada de la norma en abril de 2015 en la que se establecía de forma explícita que no se podría negar ningún servicio a los clientes en función de su orientación sexual o identidad de género.

Cree que la homosexualidad puede curarse

¿Pero por qué casi nadie le creía cuando se defendió diciendo que su ley no tenía intenciones discriminatorias? Porque Pence nunca ha ocultado que está en contra de la homosexualidad, asegurando además que esta es una enfermedad que puede 'curarse'. Es más, durante su campaña para el Congreso en el año 2000 se mostró a favor de destinar recursos públicos a instituciones que promueven las llamadas terapias de conversión. Prácticas que han sido rechazadas por todos los organismos de salud reconocidos mundialmente.

Respaldaba el 'Don't ask, don't tell'

Hasta el 2010 los militares estadounidenses tenían prohibido por ley hablar públicamente de su homosexualidad. Fue precisamente en ese año que dicha medida fue declarada inconstitucional, lo que fue celebrado en prácticamente todo el país. ¿La reacción de Pene? Opuesta, obviamente. Para él, el ejército no podía ser utilizado como "espacio para realizar experimentos sociales".

En contra de los derechos de las personas trans

Pence se opuso también al mandato federal que el gobierno de Barack Obama aprobó este año permitiendo a los estudiantes utilizar los baños correspondientes a su identidad sexual. La medida, también celebrada por la mayoría de norteamericanos, tuvo una fuerte oposición en el ultraconservador, que reclamó a que el gobierno no se inmiscuya en asuntos de ese tipo.

¿Condones? ¿Planificación familiar?

En una entrevista en la CNN en el año 2002 aseguró que "los condones son una protección muy pobre contra las enfermedades de transmisión sexual y contra los embarazos no deseados". Sí, para él -no sorprende- lo que debe practicarse es la abstinencia. Suponemos que bajo esa lógica también se opone a que las relaciones sexuales se realicen con otro objetivo que nos ea la procreación. Bueno, qué podemos esperar de alguien que se opone a financiar los centros de planificación familiar porque incluyen consultas sobre ETS, orientación sobre interrupción del embarazo y realización de pruebas de VIH.

En contra de la igualdad salarial

Pero por si todo lo anterior fuera poco, también se ha mostrado a favor de medidas contra los derechos de la mujer. Y no solamente hablamos de sus derechos sexuales y reproductivos, sino de cosas tan justas como la ley aprobada en 2009 que consiguió que desde el gobierno de Bbarack Obama se garantizara el mismo salario para quienes realicen las mismas tareas independientemente de su sexo, raza, religión u orientación sexual. ¿Alguien realmente podría oponerse a ello? Pues Pence lo hizo ya varias veces durante el trámite de la norma en el Congreso.

Y estos son sola algunas 'perlas' del nuevo vicepresidente de los Estados Unidos. Con ello, ¿aún debemos creer que Donald Trump es quien realmente genera temor en el próximo gobierno?


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