Un curso titulado "Cocinando con semen" se ha abierto para inscripciones en Londres hace pocos días. El asunto tiene pinta de ser tan extraño como suena. Aparentemente, los participantes de este curso tendrán que llevar su propio semen -o el de algún compañero- a una locación secreta donde cada uno preparará su respectivo menú (entrada, segundo, postre). 

El chef de la clase enseñará a los participartes a usar este fluido corporal como ingrediente especial en una variedad de platos que van desde pollo asado hasta chifones y aperitivos con alcohol.

Pero más allá de lo pintoresco del curso, las propiedades alimenticias y culinarias del semen ya han sido explotadas anteriormente. El chef Fotie Photenhauer recopiló en el libro Natural Harvest, un compendio de recetas con este ingrediente que tiene una puntuación de cuatro estrellas en Amazon.

A pesar de eso, el autor ha reconocido que tampoco es que él mismo le ponga semen a toda su comida. Dice, más bien, que es un "giro divertido" al arte de cocinar.

“Creo que si tenemos en cuenta que los seres humanos consumen regularmente huevos –que son esencialmente el producto de la ovulación de las gallinas– comer el semen propio o de la pareja no parece tan disparatado”, explica la sexóloga Alix Fox a The Independent. 

Nos mantendremos atentos para continuar con la cobertura de esta historia.

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