En América Latina y el Caribe (LAC) viven 166 millones de adolescentes y jóvenes entre los 10 y 24 años de edad. Esta cifra equivale al 26% de la población total de la región, según el último estudio (2015) de la División de Población de Naciones Unidas. La mitad de esta cifra son mujeres. 10% de ellas, dentro del rango de 15 y 19 años, son madres y el 30% están conviviendo.

El panorama, como vemos, es triste. La región tiene la segunda tasa más alta de fertilidad entre mujeres de 15 a 19 años en el mundo:  76 nacimientos por cada 1,000 adolescentes. Los embarazos precoces, las dificultades para conseguir abortos seguros o métodos anticonceptivos es una de las causas principales de muerte entre las adolescentes de LAC. 

No sorprende que, según el mismo estudio de la CEPAL, se concluya que el 25% de las niñas entre los 15 y 19 años tengan necesidades insatisfechas para la planificación familiar.

La vulnerabilidad sexual de las niñas es alta en la región, tanto por la falta de acceso a servicios como de brechas en su educación. Pero los problemas de este grupo poblacional van más allá: existen barreras en el ejercicio de derechos no sólo por graves temas de violencia de género, sino por exclusión económica, y falta de voz y reconocimiento.

En el marco del Día Internacional de la Niña, Save the Children ha presentado un informe que detalla dónde los derechos de las niñas se encuentran en mayor riesgo. Los indicadores de medición utilizados fueron el matrimonio infantil, la educación, el embarazo adolescente, las muertes maternas, el número de parlamentarias, etc. En dicho ránking, el Perú ocupa el puesto 68.

Los países de América Latina y El Caribe que se ubican al final del índice -llamado Hasta la última niña: libres para vivir, libres para aprender y libres de peligro- son Haití, Guatemala y Brasil. Mientras que Cuba, Trinidad y Tobago, Bolivia y Chile son los países mejor ubicados de la región.

Es lamentable que países como República Dominicana y Brasil, ambos países de ingresos medio-altos, estén en puestos tan bajos como el 92 y 102 respectivamente. Apenas ligeramente por encima de Haití. 

A nivel global, este ránking pinta las desigualdades mundiales de siempre. Europa arriba, África abajo. Níger, Chad, la República Centroafricana, Mali y Somalia se ubican al final por las altas tasas de matrimonio infantil. Del otro lado se encuentran Suecia, Finlandia, Noruega, Holanda y Bélgica como líderes de oportunidades para las niñas y adolescentes.

El Perú se ubica en la mitad de la tabla. Pero para entender esa posición es necesario recordar algunos datos: somos el país donde ocurren denuncias de violación a menores no atendidas o trata de menores, donde de cada 10 mujeres quechuahablantes solo 3 terminen el colegio, y de cada 10 mujeres que hablan una lengua nativa amazónica solo uno termine sus estudios

Se puede decir, entonces, que esta califiación "media" en el ranking no habla tanto de lo bien que podríamos estar nosotros, sino de lo mal que se está en el mundo.

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