Una paz con las FARC que no incluya al ELN, no es un paz completa. Es un dicho que se repite mucho en Colombia. Y es cierto, porque son la primera y segunda guerrilla, respectivamente. Ambas 'monopolizaron' el mercado del terror y la violencia. De hecho, en los últimos dos años, el Ejército de Liberación Nacional (ELC) se fortaleció y casi todos los meses hace sentir su presencia el algún rincón del país. Por ello, fraguar un acuerdo con los dos mayores grupos subversivos podría significar, en la práctica, una paz más "estable y duradera", como suele decir el oficialismo.  

La noticia con que Colombia arranca esta semana es que, finalmente, el Gobierno iniciará, el 27 de octubre próximo, un diálogo formal con el (ELN), mientras que en paralelo buscará llegar un nuevo acuerdo con las FARC, empresa que será muy complicada, tras la derrota en el plebiscito de lo pactado en La Habana.

La sede de la fase pública de diálogos con el ELN será Quito, y se iniciará luego de tres años de acercamientos y conversaciones secretas en Caracas, que se habían congelado en marzo pasado, porque esta guerrilla se negaba a liberar a todos los secuestrados en su poder. Esa era la principal condición del Ejecutivo para volver a sentarse en la mesa con ellos. Y este lunes, con la liberación de un agricultor en Arauca, el camino parece allanarse.

En tanto, el presidente Juan Manuel Santos iniciará esta etapa fortalecido y con mayor margen maniobra, tras el espaldarazo internacional que significó ganar el Nobel de la Paz en la misma semana en que había sufrido su peor revés político con el triunfo del No a los acuerdos con las FARC, luego de una campaña sucia por parte de sus voceros. Pero aún está por verse cuál será el impacto real que este premio pueda tener en las mesas de negociaciones en ambos casos.

"Ya tenemos con el ELN el 50 % de la negociación avanza", dijo el presidente el pasado 27 de septiembre en Ciénaga, Magdalena, cuando anunció que la fase pública de los diálogos se podrían iniciar el día después de que se libere al último rehén que tenga en su poder esta guerrilla, que cuenta con una red de inteligencia y apoyo considerables, aunque solo tenga entre 1.300 y 2.000 hombres.

Desde ese momento, progresivamente, el ELN empezó a liberar a las personas que tenía en su poder: primero fue Ricardo Castellanos, un arrocero que mantenían secuestrado, luego al exalcalde de Charalá, Santander, Fabio León Ardila; después soltaron a la periodista Salud Hernández-Mora; y el último fue Alejandro Alarcón Jarro, agricultor de Arauca. 

Solo faltaría que liberen a Odín Sánchez, que en abril se canjeó por su hermano Patrocinio, exgobernador del departamento del Chocó, aunque no se sabe con certeza si es la última persona retenida. La otra señal que fue bien recibida por el Gobierno fue el anuncio del ELN del cese al fuego durante el plebiscito del 2 de octubre pasado.  

La mesa de diálogos estará precedida por Frank Pearl, jefe negociador de paz del Gobierno y, Eliécer Erlinto Chamorro, alias 'Antonio García', quien es el segundo al mando del ELN. Los países garantes de este proceso serán Cuba, Noruega, Chile, Venezuela, Brasil y Ecuador. En territorio de estos estos tres últimos se realizaron los acercamientos exploratorios entre ambas partes.

LOS PUNTOS DE LA NEGOCIACIÓN

La agenda presentada por los equipos del Gobierno y el ELN tiene seis puntos: participación de la sociedad; democracia para la paz; víctimas; transformaciones para la paz; seguridad para la paz y la dejación de las armas; y garantías para el ejercicio de la acción política. 

Como en el caso de las FARC, en el punto sobre víctimas, se retomó el esquema de justicia transicional, que tiene como base la verdad, justicia, reparación y garantías de no repetición. A esto se agrega nuevos factores: el reconocimiento de las víctimas y su situación y el no olvido de los hechos

De hecho, hay varias otras coincidencias entre la agenda que se negociará con el ELN y la que se negoció con las FARC, que ahora se busca modificar, para incluir los puntos que plantea la oposición representada en el senador y expresidente Álvaro Uribe, referidos básicamente a los tema de justicia y participación política.

Respaldo de las FARC

El máximo líder de las FARC, Rodrigo Londoño, alias 'Timochenko', y el jefe negociador de esta guerrilla,  Luciano Marín, alias 'Iván Márquez', respaldaron el inicio de la fase pública del proceso de paz entre el ELN y el Gobierno colombiano.

Ambos lo hicieron vía Twitter:

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