La frustrada ratificación por parte de los colombianos al acuerdo de paz entre el Gobierno de Juan Manuel Santos y las FARC permitió ver en el Perú a confesos simpatizantes fujimoristas -como Rafael Rey- respaldar la opción del NO con aquella frase repetitiva que buscan convertir en su bandera: 'con los terroristas no se negocia'.

Sin embargo, una vez más, la historia no perdona el pasado fujimorista. Casi de inmediato muchos recordaron el escándalo de la venta de armas a las FARC durante el Gobierno de Alberto Fujimori.

Y aunque muchos intentan que ese escandaloso episodio sea borrado de todo registro periodístico, en tiempos de Internet basta únicamente con buscar en la red uno de los testimonios más importantes que dan cuenta de ello: el del expresidente colombiano Andrés Pastrana.

En el año 2013 el exmandatario publicó su libro Memorias olvidadas, en el que dedica una parte especial a contar la investigación hecha por compatriotas suyos sobre este caso. Así lo contaba en una entrevista para CasaAmérica en marzo de 2014.

"Descubrimos los colombianos que estaban vendiendo 50 mil armas a las FARC, (fusiles) AK-47. Hicimos todo el seguimiento a una operación que nace en Jordania, luego la compra de los fusiles hasta llegar a la selva de Colombia y posteriormente el pago que se hizo a miembros del Gobierno de (Alberto) Fujimori".

Durante la misma entrevista Pastrana resaltó la contradicción natural en el escándalo, ¿cómo el exdictador peruano podía jactarse de encabezar una política antiterrorista si durante su régimen se negociaba armamento con otro grupo subversivo de la región?

"Este era un operativo que estaba orientando y liderando (Vladimiro) Montesinos y el propio presidente Fujimori. Lo que es increíble pensar es que Fujimori buscaba acabar con Sendero Luminoso pero por el otro lado les entregaba 50 mil fusiles (a las FARC). Ese hecho conllevó en buena parte a la salida de Fujimori del poder. Es una investigación hecha por colombianos, fuimos nosotros mismos los que descubrimos esto que sucedió en Perú y que es un hecho del que todavía falta mucho por aclarar". 

Asimismo, dio un detalle que nadie conocía: que buscó hablar con el reo de la DIROES para conocer su versión de los hechos. Aún nadie sabe si aquel encuentro se concretó.

"Yo le pedí cita a Fujimori antes de escribir el libro porque yo quería conocer su versión. Yo quería que él me contara por qué. Por qué tomó esa decisión él y Montesinos de involucrarse vendiéndole armas a las FARC, al grupo terrorista que más daño nos ha hecho".

El 'Plan Siberia'

Pastrana cuenta en su libro cómo, cuando él fue presidente, la inteligencia colombiana le informó acerca de la participación del gobierno peruano en el tráfico de armas.

"-Señor presidente, sé que le va a costar trabajo creer lo que voy a contarle, pero no tengo más remedio- me sorprendió el coronel Germán Jaramillo, director del DAS a mediados de agosto del año 2000. 

-No se preocupe, coronel, yo le creo- le respondí sin saber lo que me diría.

-El presidente Alberto Fujimori, de Perú, hace parte de un negocio de cincuenta mil fusiles rusos AK-47 que las Farc compraron recientemente- me reveló Jaramillo mientras abría una carpeta cargada de documentos de inteligencia del Estado con vistoso sellos de "Ultra secreto".

-Me resulta muy difícil creerlo, coronel. Lo podría pensar de algún otro presidente vecino, menos de Fujimori, declarado anticomunista de extrema derecha- le respondí.

-Señor Presidente, lo tenemos confirmado por fuentes internacionales. Además, la información coincide con claras evidencias que ha recogido el Ejército Nacional en zonas donde ha combatido recientemente con las Farc".

Colombia juntó las pruebas con las que contaba y procedió a denunciar el hecho ante el servicio de inteligencia estadounidense. Según versiones, estas comprometían directamente a Montesinos, por lo que en solo cuestión de días Alberto Fujimori y su exasesor, al verse acorralados, convocaron el 21 de agosto del 2000 a una rimbombante conferencia de prensa en la que explicaron el Plan Siberia, con el que 'descubrieron' una supuesta mafia que traficaba armas en la región.

Las imágenes que dan cuenta de este episodio serán difícilmente borradas del imaginario de los peruanos.


Ya en febrero de 2014, el periodista Raul Wiener había comentado en su blog acerca de la relación entre el Plan Siberia y lo revelado por Pastrana en su libro.

"Lo que explica Pastrana, es que esta conferencia de prensa fue un recurso del gobierno del Perú ante una situación que se le había ido de las manos al descubrirse parte del cargamento lanzado en paracaídas en medio de la selva y verificarse por conductos diplomáticos que los fusiles que se estaban contrabandeando habían sido comprados oficialmente por las Fuerzas Armadas, para luego ser derivados hacia una venta ilegal y clandestina. Fujimori no tuvo ninguna respuesta a Pastrana en Brasilia acerca de por qué no había coordinado su conferencia de prensa con el gobierno de Bogotá. En medio de balbuceos, el dictador solamente atinaría repreguntar los motivos por los que el colombiano no hizo pública la información de inteligencia que ya tenía que involucraba al gobierno peruano".

foto de portada: caretas


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