Los Editores Independientes del Perú (EIP), a través de su página en Facebook, señalaron algunas de los más agudos problemas que enfrenta su gremio, constituido en su mayoría de pequeñas empresas.

No solo no pueden acceder a algunos de los beneficios tributarios expuestos en la Ley del Libro, sino que el apoyo institucional es casi nulo si se le compara con otros países, que tienen políticas mejor establecidas en pro de la cultura del libro.

A propósito de una pollada realizada por la editorial Estruendomudo, profondos, y una reflexión que publicó su editor Alvaro Lasso en Facebook, EIP describió cinco problemáticas que actualmente precarizan el trabajo de los editores independientes, así como el acceso al libro de la población peruana.

Esto fue lo que escribieron:

pronunciamiento


A raíz de una actividad pro fondos de una de las editoriales de nuestra asociación, se ha abierto un debate en torno a la problemática de la Ley del Libro, su verdadero alcance y la situación de nuestra aún precaria industria editorial.

Editores Independientes del Perú (EIP) trabaja en favor de generar políticas que ayuden al fortalecimiento de la industria, a través de su fuerza productiva: los editores. Pero nuestro esfuerzo, aunque constante, aún no ha dado frutos. Los obstáculos que sorteamos son diversos. Aquí un breve recuento de nuestra problemática:

1.- Más del 80% de editoriales en el Perú son microempresas, sin embargo, no accedemos a la mayoría de los beneficios tributarios que la Ley del Libro contempla. Los requerimientos que plantea el Reglamento de la Ley exceden la capacidad financiera e instalada de nuestras editoriales, lo que nos hace menos competitivas ante cualquier empresa importadora o editorial transnacional, quienes sí logran, por su tamaño y estructura de costos, aprovechar lo que la Ley del Libro promete. Un libro editado por una editorial transnacional, con el mismo tiraje, misma imprenta, mismo canal de distribución resulta ser menos costoso que el producido por cualquiera de las editoriales que conforman esta Asociación.

2.- Debido a la indiferencia del Estado y sus esquivas políticas públicas culturales, la pequeña editorial peruana se encuentra excluida de participar en las licitaciones para generar contenidos o ser considerados en adquisiciones públicas de libros, ya que no nos es posible superar la valla que plantea el Estado para este tipo de procedimientos. Esto que podría ser un gran impulso para la edición y el fortalecimiento de la industria editorial, resulta ser un negocio de pocas empresas grandes que compran contenido extranjero o que nos obligan a aliarnos a ellas para poder postular nuestro contenido.

3.- El apoyo institucional privado o estatal es escaso. No contamos con fondos concursables para la movilidad, comercialización, exportación e infraestructura de las editoriales como otros países de la región como Colombia, Argentina o Chile. Más aún es imposible hablar de acceso al crédito a pesar de que la Ley del Libro lo señala.

4.- La informalidad de la cadena del libro recae sobre nuestros costos. El proceso de liquidación de algunas librerías, no todas por supuesto, llega a tomar meses o años, lo que hace que no podamos contar con un plan de reinversión o crecimiento.

5.- De igual manera, carecemos de un Plan Nacional del Libro y de un efectivo Sistema Nacional de Bibliotecas. A nivel municipal aún se cree que la implementación de bibliotecas públicas es posible a partir de donaciones y no por compras públicas que eleven la calidad del catálogo que ofrece al ciudadano (lector o no lector).

La actividad organizada de nuestro socio Estruendomudo es un grito de alerta sobre la necesidad de una toma de conciencia por parte del Estado: el desarrollo de nuestra industria editorial pasa por el fortalecimiento de las empresas de nuestros editores independientes, producción imprescindible para preservar, enriquecer la bibliodiversidad y la difusión de las ideas. Un paso importante en el camino para la creación de un país de lectores, objetivo aún muy lejano.


Tomado de EIP.


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