El día de ayer informamos sobre la cancelación intempestiva que sufrió la muestra retrospectiva del trabajo del ilustrador Álvaro Portales en Trujillo. Como contamos, todo estaba listo para que la muestra "Cuando la gráfica es amarga" se presente en la ciudad norteña. El artista gráfico ya estaba en dicha ciudad para exhibirla, pero a última hora el director de la Casa de la Identidad Regional, David Calderón de los Ríos, prohibió el montaje de las obras.

La explicación de Calderón de los Ríos es bastante escueta, por decir lo menos. Esta es una pequeña parte de ella:

"al observar el inicio de vuestro montaje, comunico que este no se ajusta a los fines y objetivos para los cuales el Código SNIP de la Casa de la Identidad fue creada, por lo consiguiente dicha muestra no podrá ser exhibida en esta casa por lo antes expuesto".

En declaraciones publicadas por Perú 21 el día de hoy, Portales se reafirma en su postura de que este accionar es censura. "Pura y dura, y de la magnitud más bestial”, añade esta vez. Así esta no sea la primera vez que el artista pasa por esto, el caso de la Casa de la Identidad Regional de Trujillo lo ha afectado particularmente. “Yo sufrí de censura en medios de comunicación, pero jamás me iba a imaginar que una muestra, a menos de 24 horas (de inaugurarse), sea levantada en su totalidad. De hecho, es una figura potente de censura. No hay otro tipo de lectura para ello”, comentó.

Sobre las razones que dio Calderón de los Ríos, dijo que “no hubo explicación más clara o concisa” de parte de la Casa de la Identidad Regional. Indicó, además, que el tema del SNIP mencionado en el único comunicado emitido no ha sido justificado aún y que el personal de la casa “no han podido descifrar” a lo que se refiere.

A pesar de esto, este centro cultural indicó que en ningún momento hubo autorización para la exposición. “Es mentira", desmintió Portales, "yo no puedo ser tan kamikaze de moverme con todo mi trabajo gráfico de Lima a Trujillo. Eso no es fácil, o sea, no estoy metiendo los trabajos a una mochila, tomo mi bus y me voy a Trujillo”.

Al contrario, parece que hubo una planificación larga detrás. Portales señala que se estuvo trabajando "con tres meses de anticipación" con el centro cultural para que se concrete el evento.

“En dicho proceso se realizan conversaciones con el mismo director, hay aprobaciones y muestras de sustentación de los trabajos que van a hacer expuestos. O sea, aquí no ha habido ninguna sorpresa o desconocimiento (de parte de la Casa de la Identidad Regional). Yo jamás podría ingresar a una iglesia a hacer una exposición si no tengo una autorización. Pasa lo mismo en este centro cultural: si no hay una aprobación, yo no podría mandar sesenta kilos de obra de Lima a Trujillo”, dijo.

La versión del artista deja poco margen de justificación a los responsables de esta censura.


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