Ayer se realizó el fórum internacional Intercambio de Experiencias en Materia de Orden Interno y Seguridad Ciudadana en el Callao. En él participaron el ministro del interior Carlos Basombrío, el director general de la Policía Nacional del Perú Vicento Romero, el gobernador del Callao Félix Romero, los expresidentes César Gaviria (Colombia) y Ricardo Lagos (Chile), y el exdirector de la policía de Colombia Óscar Naranjo.
Naranjo es un general en retiro quien ha recibido más de una veintena reconocimientos en Colombia y en el mundo por su labor policiaca y fuera de ella, como asesor. Él forma parte del equipo de Banco Interamericano de Desarrollo (BID) que asesora a distintos país en materia de seguridad ciudadana. En la actualidad dicho organismo y su equipo conversan para dar asesorías en dichas materias al gobierno peruano.
A propósito de su estadía en el Perú brindó una serie de entrevistas a distintos diarios peruanos para expresar su posición y punto de vista sobre el problema que vive tanto el país y América frente a la delincuencia y el crimen organizado. Estas fueron algunas de las cosas que dijo:
Sobre las economías ilegales y cómo estas sirven de apoyo al crimen organizado afirmó para el diario La República:
"En América Latina tenemos el infortunio de las economías ilegales, como la producción de drogas, minería ilegal de oro, extorsión, etc. Estas son la fuente de regeneración del crimen organizado. A veces combatimos a los criminales pero no esas economías".
Sobre el delito de extorsión en la región, en declaraciones recogidas por diario Correo:
"Esta ha llegado a América Latina para pegar muy fuerte a las comunidades y a los ciudadanos. Se puede resolver en un 95% si es que se conoce la extorsión y si se cuenta con un aparato de justicia que someta al extorsionador".
Esto fue lo que dijo para el diario El Comercio sobre los nuevos panoramas delictivos para la policía peruana:
"Esta [la policía] tiene la necesidad de adaptarse y sobre todo anticiparse a los cambios que se derivan de nuevas modalidades delictivas y amenazas para la seguridad de los ciudadanos. Pero, como a todas las policías del continente, la persiguen fantasmas como el de la corrupción".
Sobre la corrupción dentro de la policía:
"Más que corrupta, yo veo una crisis de institucionalidad global. Lo que uno puede percibir de los distintos movimientos sociales en el mundo es que cada vez se exigen estándares de efectividad y transparencia cada vez más altos".
Acerca de la constante prolongación del estado de emergencia en el Callao:
"Un estado de emergencia es un estado excepcional; por lo tanto, si se hace permanente, algo está indicando que estructuralmente faltan soluciones que mejoren las condiciones para que haya una verdadera mejora de la seguridad".
El reto fundamental de la policía:
"Lo principal es acercar la policía al ciudadano. Mientras este no sienta que puede auditar lo que le está pasando frente a la criminalidad no confiará en su policía. Debemos generar confianza para que entre ciudadanos y autoridades se le cierre espacio al delito".
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