Hoy el presidente Pedro Pablo Kuzcynski cumple su segundo día en China, y le ha planteado a ese gobierno y a sus empresarios que miren al Perú como un país de oportunidades para sus inversiones. Para el mandatario, es prioridad contar con empresarios chinos en nuestro mercado.
El gigante asiático es nuestro principal socio comercial y la relación económica bilateral se concentra en la minería. Nuestros minerales son exportados hacia esa nación, y la inversión minera china abarca el 36% del portafolio de ese sector por estos lares.
¿Entonces? ¿Más inversión china en minería? “El reto es diversificar, pero sin retroceder en la regulación ambiental, además de mantener la supervisión de los proyectos extractivos chinos”, señala Cynthia Sanborn, investigadora en temas de minería y desarrollo de la Universidad del Pacífico.
Si bien las empresas chinas no son las mejores ni las peores en cumplir las exigencias socioambientales -apunta la especialista- "están en una curva de aprendizaje rápida y con la mayor disposición de mejorar en comparación con sus pares occidentales, pero aún toman como guía el marco regulatorio del país”.
En su opinión, es fundamental que el Perú tenga una política de Estado de relacionarse con China, que no solamente responda al gobierno de turno. Hay que atraer inversiones, pero establecer las reglas de juego del más alto nivel.
Sanborn: Preocupan las presiones recientes para flexibilizar la normativa ambiental con el fin de acelerar las inversiones, habida cuenta del menor crecimiento económico peruano y los bajos precios de los minerales.
Salvaguardas socioambientales
Los empresarios chinos estarían interesados en la construcción o adquisición de refinerías en el Perú, incluida posiblemente la refinería de La Oroya, que significa un desafío enorme debido a su historial de severas contaminaciones en manos del Estado y de sus anteriores dueños estadounidenses.
No obstante, la principal asociación de mineros chinos adscrita al gobierno chino (CCCMC, por sus siglas en inglés) ha “elaborado guías socioambientales para sus compañías en el extranjero y están buscando proyectos pilotos”, resalta Kevin P. Gallagher, profesor de la Boston University y experto en la relación China-Latinoamérica. “Kuczynski podría captar estos proyectos pilotos para casos como La Oroya, Las Bambas u otras inversiones”, añadió.
Según Gallagher, China tiene para invertir US$20 mil millones en industria; US$10 mil millones en infraestructura; y US$10 mil millones en cooperación económica. Para aprovecharlos, “el Perú necesita planear estratégicamente su diversificación con China, incorporando los riesgos socioambientales”.
¿Cuál ha sido el impacto socioambiental de las inversiones chinas en América Latina? ¿Las empresas chinas tienen un desempeño diferente del de otras empresas? ¿Qué reflexiones debe considerar el gobierno para establecer políticas regulatorias en el caso peruano? China en América Latina. Lecciones para la cooperación Sur-Sur y el desarrollo sostenible, publicación de la Universidad del Pacífico y de la Boston University responden estas preguntas.