La izquierda peruana tiene vocación de ameba. Pasó en 1980, cuando se rompió la Alianza Revolucionaria de Izquierda (ARI); y en 1989, cuando la Izquierda Unida (IU), esa coalición que llegó a ser la más poderosa de este sector político en América Latina, se fraccionó en su primer congreso.
El Frente Amplio (FA) correría la misma suerte en dos semanas, cuando realice, vaya coincidencia, su primer congreso. Las diferencias, ya puestas de manifiesto luego de la campaña electoral, se han agudizado luego que Tierra y Libertad (TyL), el partido que lleva la voz cantante por haber sido dueño de la inscripción que sustentó la inscripción de la candidatura de Verónika Mendoza, resolviera que la congresista Marisa Glave, además de Pedro Francke e Irma Pflücker, sean removidos del comité político del FA.
El FA ahora está claramente dividido en dos facciones: la de TyL, que lidera Marco Arana; y la de otros partidos y movimientos, además de ciudadanos independientes (incluidos algunos de TyL), que apoyan a Mendoza. Estas facciones midieron sus fuerzas por primera vez en las denominadas "elecciones internas" para definir la candidatura presidencial del frente, en octubre del año pasado.
Las tensiones entre ambas facciones, guardadas durante la campaña electoral, han revivido ante la cercanía del primer congreso del FA. Según fuentes cercanas a Mendoza, el TyL aranista teme que la facción "mendocista" arrase en el cónclave izquierdista. "Se han dado cuenta que la corriente que sigue a Verónika sería la predominante", indica una de las fuentes.
Por esa razón, TyL decidió la salida de Glave, Francke y Pflucker, quienes además apoyaron con todo la campaña de Mendoza. La primera fue una vocera aplicada; el segundo apoyó como jefe del plan de gobierno y la tercera ayudó a mover a las bases en Lima. Los tres fueron respaldados por la excandidata.
Ante esto, la facción mendocista evalúa conseguir un kit electoral para recoger firmas, con el objetivo de no depender del partido de Marco Arana. "Lo más probable es que se decida buscar la inscripción (propia), haciéndole caso a Arana, que ha pedido que se busquen otras inscripciones. Luego veremos si seguimos juntos o separados", señala la fuente, que añadió que "el congreso se realizara sí o sí, con o sin los aranistas".
LA GOTA QUE DERRAMÓ EL VASO
Todo comenzó cuando se anunció que Mendoza recibiría un "salario". El acuerdo original, señalan las fuentes, es que los integrantes de la bancada del FA hagan un aporte para financiar el plan político de la coalición, que fue aprobado, y se encargó a Mendoza dirigirlo. "Por tanto, se le pagaría por eso", indicó la fuente, "pero hasta ahora no se ha hecho efectivo, porque el primer mes había que terminar de pagar algunos gastos de campaña".
El asunto comenzó con las declaraciones de María Elena Foronda, congresista del FA cercana a Arana, sobre la decisión, que no era aprobada por TyL; pero esta posición fue rechazada en el comité político del FA, integrado por Glave, Francke y Pflucker.
Por ello, TyL decide recuperar dicho comité político, y saca a los tres cercanos a Mendoza. Además, filtra este acuerdo a la prensa. "Recuperar el comité político le hubiera permitido a TyL revisar el acuerdo del pago y suspender el congreso indefinidamente, recuperando el control", añade otra fuente.
"Toda esta bronca es generada por TyL y Arana para forzar una ruptura. Pero además nadie cuenta que se releva al encargado de cuentas, Mario Sánchez, porque lo ven como alguien que se puso al servicio de Mendoza en la campaña. Lo relevan porque ahora habrá fondos públicos y eso quieren controlarlo".
LA BANCADA NO SE ROMPERÍA
Sin embargo, a diferencia de lo que ocurriría a nivel partidario, la bancada del FA en el Congreso no se partiría. "Lo razonable es que la bancada siga junta, porque el riesgo para los aranistas es que además de los ocho legisladores que apoyan a Mendoza (Glave, Richard Arce, Indira Huilca, Manuel Dammert, Édgar Ochoa, Alberto Quintanilla, Horacio Zeballos y Tania Pariona), de los otros 12 algunos se vayan a otras bancadas".
"No necesariamente los 12 restantes son aranistas (...) Richard Acuña es más atractivo que Arana y nunca se sabe" se atrevió a lanzar otra de nuestras fuentes, dando a entender que algunos de TyL podrían irse a la bancada de Alianza para el Progreso (APP). "El asunto es que Arana no escuche tanto a Wilbert Rozas, que es el más ultra", añade.
Pese a esto, a la hora de votar en el Congreso casi no existen diferencias programáticas entre los "mendocistas" y "aranistas". "Casi siempre votan todos juntos, y cuando alguien ha votado diferente no ha sido por esta bronca", expresó.
Foto de cabecera: Agencia Andina.
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