El anuncio de la sorpresiva visita a México de Donald Trump, para reunirse con el presidente de este país, Enrique Peña Nieto, no cayó nada bien a los mexicanos, a quienes el candidato republicano a la Casa Blanca llamó en público "criminales" y "violadores".
Ni siquiera el intento de Peña Nieto por calmar los ánimos de sus compatriotas ayudó. El presidente mexicano justificó su decisión de invitar al magnate como un intento de defender a sus ciudadanos del hombre que los ofendió e insultó. “Creo en el diálogo para proteger a los mexicanos donde quiera que estén”, alegó.
Ricardo Anaya, presidente del derechista PAN, fue uno de los primeros fijar su posición "¿En qué cabeza cabe invitar a Donald Trump? Los mexicanos tenemos memoria y dignidad", dijo.
La apuesta de Peña Nieto es arriesgada, porque la mayoría de reacciones en México la interpretan como claudicación presidencial que puede terminar por fulminar la poca aprobación que le queda.
"El dilema parece ser: o Trump pide una disculpa en forma a los mexicanos o Peña Nieto pierde la aprobación que le queda", dijo en Twitter el intelectual Héctor Aguilar Camín.
La cita además pretende ser un golpe de efecto del magnate neoyorquino justo cuando está por anunciar su nueva y "moderada" política de inmigración, que será en un mitin previsto en Arizona y que incluye el ya tristemente célebre muro que quiere construir en la frontera con México para evitar la inmigración ilegal.
En excanciller mexicano Jorge Castañeda también le dejó un mensaje a Peña Nieto en Facebook: "Señor presidente, dígale simplemente que usted es mexicano y está orgulloso de serlo".
Menos diplomático fue el líder en el Senado del izquierdista PRD, Miguel Barbosa, quien le envió un mensaje directo a Trump: "Tu presencia en México no es grata. ¡Lárgate! Vienes a tomarte la foto con quienes has ofendido".
El expresidente mexicano Vicente Fox considera que el candidato estadounidense está usando a Peña Nieto para sus propósitos y advirtió que si el jefe de Estado se muestra débil ante el magnate, será el fin de su carrera política, porque se le verá como traidor. "Trump no es bienvenido a México. No lo queremos, no nos gusta, lo rechazamos. No entiendo por qué Peña le ha dado esta oportunidad, lo está usando y está asumiendo un enorme riesgo político", sostuvo.
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