La mentira siempre sale a flote, tarde o temprano. La Policía brasileña divulgó el video de las cámaras de seguridad que les permitió demostrar que Ryan Lochte, Gunnar Bentz, Jack Conger, y Jimmy Feigen inventaron el atraco del que dijeron ser víctimas en Río de Janeiro el domingo pasado, durante los Juegos Olímpicos.

Todo empezó en la Casa de Francia, uno de los lugares patrocinados por los países visitantes durante las Olimpiadas. Lochte y sus colegas tenían razones para celebrar. Lo hicieron en compañía de tres mujeres. Fue una noche de copas que terminó mal, con vergonzosos actos de vandalismo en una gasolinera de la ciudad brasileña.

¿Por qué mintieron? Es una pregunta que no tiene respuesta, por ahora. Quizá la gran cantidad de alcohol que consumieron no ayudó a que midan el impacto que iba a tener una historia falsa de ese tipo en una ciudad que está en el foco de la atención mundial, no solo por los Juegos, sino por los problemas de seguridad que tiene.

Pero lo cierto es que la reputación de los atletas estadounidenses quedó por los suelos. De hecho, Lochte es, después de Michael Phleps, el nadador más laureado de EEUU. Y las autoridades brasileñas creen, por la ascendencia que tiene sobre sus colegas más jóvenes, que este fue el 'cerebro' de todo este desaguisado. En las imágenes a él se le ve más fuera de control en la gasolinera ubicada en Barra da Tijuca, cerca a la Villa Olímpica.

El Comité Olímpico de Estados Unidos (USOC, por sus siglas en inglés) tuvo que pedir perdón a Brasil por el lío que provocaron esta semana sus nadadores. "La conducta de estos atletas es inaceptable y no representa los valores del equipo olímpico de EEUU", afirma la organización en un comunicado oficial.

Lochte fue el primero en irse a EEUU tras el incidente. Logró viajar antes de que la justicia brasileña emita una orden de impedimento de salida del país contra los cuatro atletas. Bentz y Conger fueron bajados del avión en Río cuando quisieron hacerlo, el miércoles en la noche último. Ambos ya partieron, tras declarar ante la Policía.  

Sobre el único que la justicia brasileña presentó cargos por "falsa comunicación de crimen" es James Feigen, quien ahora, para poder volver a su país, debe pagar una multa 35.000 reales (US$$10.800). Los cuatro nadadores podían también enfrentar cargos por vandalismo y daños a la propiedad privada (causaron destrozos en la gasolinera donde ocurrieron los incidentes), pero las autoridades decidieron cerrar este vergonzoso capítulo y no agrandar más el escándalo. 

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