Escribe: Carolina Trivelli

En materia de reducción de pobreza, el premier Fernando Zavala acertadamente ha fijado los esfuerzos en la erradicación de la pobreza extrema. Hoy, a pesar de los grandes avances, tenemos algo más de 400 mil hogares en pobreza extrema, la mayor parte de ellos en el ámbito rural. Esto quiere decir acabar con la indigencia, lo que es central para lograr consolidar un piso mínimo de protección a todos los ciudadanos.

En cuanto a reducción de pobreza, proponen como meta llegar al Bicentenario con 15%. Algún congresista ya comentó que es una meta poco ambiciosa. No lo es. Bajar la pobreza en 7 puntos porcentuales cuando está ya está cerca al 20% es complejo y exige un gran esfuerzo del sector público y privado. Cerca del 65% de los pobres viven en zona rural y por ello cumplir la meta propuesta exige un mundo rural económicamente más dinámico, infraestructura y servicios de calidad. El resto de los pobres, casi 700 mil hogares viven en zona urbana y por ello hay que destacar el anuncio de programas focalizados para atender la pobreza urbana, en especial centrándose en los jóvenes.

Lograr estas metas es posible pero no será sencillo. En piloto automático no sucederá, hay que hacer más, hacerlo rápido y hacer acciones complementarias. En el mensaje se destacó que se mantendrán los programas sociales y que se gestionarán mejor para generar eficiencias y ahorros. Estaremos atentos a los logros en este tema.

Se enfatizó la implementación de programas de desarrollo productivo que permitan a los pobres graduarse de los programas de transferencias condicionadas. Considero que hay ahí un error. Hay, por supuesto, que hacer programas productivos, expandir Haku Wiñay es clave, pero hay que hacerlo de manera complementaria al programa Juntos, no en vez del programa de transferencias. Los programas de transferencias logran que los niños y niñas vayan a la escuela y a la salud y generan protección para los más pobres y vulnerables. Los programas productivos generan autonomía económica y reducen pobreza pero no reemplazan a las redes de protección social. Deben coexistir.

El ministro Zavala ha enfatizado la necesidad de atacar la anemia y reducir la desnutrición crónica infantil de 14% a 8%. De acuerdo con la prioridad, pero aun necesitamos detalles de sus planes. Agua segura y desagüe son centrales pero se requerirá más. Se ha mencionado la entrega de suplementos nutricionales –hierro- para combatir la anemia. Fácil decirlo y difícil hacerlo. El tema es lograr que la población entre 6 meses y 5 años se alimento bien y consuma de forma adecuada los suplementos nutricionales. Aquí el sector salud tiene una tarea clara, para ello requerirá mucha innovación y nuevas estrategias para lograr las metas propuestas.

Finalmente, hay que destacar dos temas la mención del Premier a la reducción de las brechas de género. Reducir la discriminación hacia las mujeres en el mercado laboral y los niveles de violencia de género son tareas urgentes y claves para movernos hacia una sociedad más justa. Hay mucho que hacer, todos coincidimos en que ampliar los centros de emergencia mujer y transversalizar el tema ayuda, pero hay que ir más allá. Veremos en los planes específicos del ministerio de la mujer qué acciones complementan esta apuesta. Lo otro es mejorar y asegurar una atención de calidad al ciudadano. Se debe seguir el ejemplo del Midis que ha certificado (con un ISO) su sistema de atención al usuario y que ha realizado una encuesta entre usuarios de programas sociales para ir monitoreando los niveles de satisfacción de quienes usan estos servicios.